Reflejos
Francisco Bautista Toledo
Víspera de difuntos
Andamos estos días recordando la aplastante victoria socialista que hizo ayer 42 años y de paso analizando las diferencias, que algunos creen una “alocada deriva”, entre el partido liderado por Felipe González y el actual de Pedro Sánchez. Y aunque es inadecuado hacer un análisis riguroso, porque cometemos el error de ver los acontecimientos aislados o desde la perspectiva actual, sin tener en cuenta la realidad de cada momento, las conclusiones que escuchamos son tajantes. Estos socialistas son menos juiciosos y más imprudentes.
El propio Alfonso Guerra, tan brillante como siempre y mordaz, dijo que este PSOE es otro partido. Lo que dio pie a que el coro asumiera la afirmación para lanzarla a los cuatro vientos.
Tan convencidos estamos que aquel PSOE, que tanto entusiasmo despertó, y tanto echamos de menos, no tramitó la ley trans, ni abordaría la sedición, como que el actual, no avalaría la guerra sucia contra ETA, ni acompañaría a nuestro paisano José Barrionuevo ni a Rafael Vera en su ingreso a prisión, como hicieron González y Guerra.
Por eso no es que el de hoy sea un PSOE diferente y más radical que el de hace 40 años. Algunos incluso pensamos todo lo contrario. Este se sitúa demasiado a la derecha en cuestiones esenciales. Y es que el concepto político de socialismo ha variado a medida que se ha ido transformando el mundo. Se ha actualizado para estar en una sociedad banalizada y enloquecida. No se parecen ni en el respaldo electoral, que allá en 1982 fue el mayor de la historia, porque los chicos de la pana y jersey de cuello alto nos tenían entusiasmados por lo que estaba por venir. Teníamos todo por hacer. Ansiábamos la democracia y creíamos que venía a darnos una vida confortable y feliz. Malo sería que quienes deciden por nosotros se mantuvieran inamovibles sin adaptarse a las transformaciones y a la realidad de cada momento.
Pero una cuestión: El partido que lideró Felipe González, ¿era más cumplidor y consecuente que el de Pedro Sánchez? ¿González afrontaba los problemas con mayor tacto? Hay que gobernar en función del estado de ánimo de los ciudadanos. Hoy por hoy y después de ver actuaciones unipersonales y sin escuchar voces autorizadas, las bases socialistas también volveríamos al 1982. Ya ven, estamos de acuerdo con Alfonso Guerra cuando echa de menos aquellos tiempos. Nosotros éramos 40 años más jóvenes.
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