La provincia, líder en producción de tomate

Los agricultores han sabido reinventarse en la búsqueda de nuevas variedades para satisfacer los paladares más exquisitos

Los agricultores son muy dados al lamento. Jamás he escuchado a uno que sea capaz de decir que el año o la campaña le ha ido bien y ha ganado dinero. Y no lo critico. Vengo de ese mundo, y entiendo la necesidad de aprovisionamiento, acopio o sumar para cuando no haya que cada uno de aquellos que conforman el sector primario tiene.

Bajo estas premisas creo necesario destacar que esta provincia que habitamos ha sido en la última campaña líder, una vez más en la producción de tomate, con más de 714.000 toneladas. Un dato que en otras circunstancias podría pasar desapercibido, por ser algo casi habitual en una tierra que es capaz de alimentar y abastecer de hortalizas al viejo continente. Pero que hoy, cuando los aranceles de Donald Trump amenazan con romper las reglas establecidas del mercado y cuando países terceros como Marruecos, Túnez, Turquía o el propio Egipto amenazan la supremacía de Almería en un sector que hasta ahora caminaba por la senda plácida del crecimiento, sin más sobresaltos que los del cupo anual que la Unión Europea tiene asignado a Marruecos y que un año sí y otro también es roto por nuestros vecinos, merece la pena subrayar

Aunque el respeto por nuestros competidores debe estar ahí, que no miedo, lo cierto es que Almería y sus agricultores han sabido a lo largo de los años reinventarse en la búsqueda de nuevas variedades que sean capaces de satisfacer los paladares más exquisitos, a pesar de las declaraciones de hace algo menos de un año de la exprimera ministra francesa, Sègoléne Royal, afirmando que nuestros tomates carecían de sabor. A poco que te des una vuelta por los invernaderos, por las envasadoras o por los lineales de los supermercados, y se tiene la curiosidad de ver las etiquetas de los productos, compruebas como los tomates de esta tierra van más allá de lo habitual. Las variedades son tantas y con sabor que los compradores no tienen otro remedio que rendirse a la evidencia de una producción de calidad y con todos los estándares cumplidos.

Pero hay más. Hemos sido capaces de sobreponernos a las mentiras permanentes de aquellos que buscan hacer daño rompiendo las reglas del mercado y acercándose más a la presión mafiosa con campañas de desgaste en redes y en medios pagados por el mejor postor. Aquí el producto ya es ecológico en buena medida, con lucha integrada para combatir las plagas y con el respeto a los trabajadores que cada día hincan la rabadilla para lograr que las plantaciones produzcan lo que se les exige para ser rentables.

Este es el camino y no otro. No debemos entender que estamos solos y que los demás no buscan, como nosotros, la excelencia. Sería un error. Pero dicho esto, si creo que esta provincia y sus agricultores son capaces de manener a raya a los competidores bajo el paragüas de la calidad. Así los récords seguirán cayendo de nuestro lado. Que no es poco.

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