La Tapia con sifón
Antonio Zapata
Pimentón en Nochevieja
Hace 38 años que España forma parte de la Unión Europea. Durante este tiempo han sido muchos los beneficios que esta unión ha supuesto para nuestro país y para su ciudadanía. El compromiso de España con el proceso de construcción europea ha sido siempre muy intenso, al suponer Europa una referencia de libertades y prosperidad para nuestro país, que siempre ha apoyado una mayor integración política y económica.
La Unión Europea es el marco natural de desarrollo político y económico de nuestro país y es, por ello, que en estos momentos España asume sus responsabilidades impulsando una Unión más eficaz, más democrática, más próxima a los ciudadanos, capaz de responder a los retos y necesidades del nuevo siglo, que son muchos. La juventud tiene que conseguir empleo estable y de calidad, al tiempo que acceder a una vivienda asequible; un derecho que debemos tener todos y todas por igual.
La Unión Europea es sinónimo de cohesión, no de división o aislamiento y nuestro país ha desarrollado un papel activo en la construcción del proyecto europeo implicándose en la negociación de los diferentes tratados, y ha venido contribuyendo al desarrollo de políticas con aportaciones sostenidas en ámbitos tan diversos como ciudadanía, política de cohesión, diversidad cultural y lingüística, cooperación judicial o lucha contra el terrorismo.
La importancia de la UE y del papel de España dentro de ella son reconocidos por la población. Según el último estudio que ha realizado el CIS, la gente considera que pertenecer a la UE esm beneficioso para las “oportunidades de empleo, para hacer negocios y por el peso de España en el mundo.” De otro lado, el 53,9% de las personas encuestadas aseguran que se sienten “ciudadanos europeos y españoles al mismo tiempo” y el 63,9% cree que las cosas nos irían peor en el plano económico si España no estuviese dentro de la Unión Europea. Según este estudio, la mayor parte de la ciudadanía piensa que la medida más prioritaria que debe asumir la UE es “fijar un salario mínimo europeo”.
Efectivamente, los destinos de las instituciones europeas están íntimamente ligados a los nuestros, ya que una parte importante de nuestras condiciones de vida en España dependen de decisiones que se adoptan en la Eurocámara. De ahí que sea tan importante que participemos en la construcción de nuestro propio futuro.
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