Premio a Antonio Bonilla

Se lo debía. Si se entretienen en ver y analizar el desarrollo de los votos en el Poniente almeriense, llegarán a hacerse una pregunta que nos hemos hecho todos aquellos que nos hemos dedicado en los últimos años a la crítica política. ¿Qué tiene Antonio Bonilla que viene logrando el triunfo en Vícar elección tras elección? Seguro que me van poner otros ejemplos de alcaldes que ganan en sus pueblos, pero el caso de Vícar y de Bonilla tiene una historia algo diferente. Los pueblos del Poniente almeriense estuvieron durante años en manos de alcaldes socialistas. Todos ellos fueron perdiendo el poder. Algún socialista decía que conforme el dinero iba llegando a las familias de estos pueblos, gracias a la agricultura de primor, como se le llamaba en los primeros años, el voto de los ciudadanos se iba cambiando hacia posturas más conservadoras. Era el poder del dinero. Y no creo que le faltara en aquella apreciación una parte razón. Vícar también estuvo en manos del Pp, pero las peleas entre la propia derecha, la vergonzosa moción de la que aún se recuerda y la presencia de Manuel Arqueros (por aquel entonces senador popular y con mando en plaza en el partido), así como la imposición de algún candidato, llevó al Psoe a la alcaldía. Convirtiendo a Antonio Bonilla en el alcalde de Vícar. Ya ni me acuerdo de los años que lleva al frente de la corporación vicaria. Antonio dejará de ser el alcalde de su pueblo cuando él decida retirarse, y no le veo con ganas de hacerlo, ha superado momentos duros en la familia, y ahí sigue, enfocando su vida y su trabajo a sus vecinos, le hayan o no votado, por lo que creo que seguirá ganando elecciones, siempre que decida presentarse. Durante años fue el número dos del Psoe en Almería, eran los tiempos de José Antonio Amate en la secretaría general. Eran los tiempos de renovadores y guerristas. Bonilla tuvo claro que su destino era su pueblo, y a ello se dedicó en cuerpo y alma. En el Poniente los votos de la izquierda se iban a la derecha, en Vícar Antonio conseguía retenerlos, y, es más, recogía algunos de los llamados conservadores o azules. Hoy Antonio Bonilla es uno de los alcaldes socialistas que más tiempo lleva al frente de un gran municipio como es Vícar, rodeado por pueblos donde luce el azul de la derecha. Y ahí lo tienen, logrando que escribamos de él por el premio que le ha otorgado la Famp. Unos federación que hoy está en manos de la mayoría del Partido Popular, y que ha reconocido la labor de un alcalde socialista en el municipio almeriense de Vícar.

Antonio, enhorabuena.