A Vuelapluma
Ignacio Flores
Ya mismo lo estreno
Con la política pasa algo parecido como con la filosofía. Los que defendemos la praxis nos quejamos de que los discursos filosóficos hablan de los filósofos pero no de los problemas reales. En la política actual pasa igual. Todos los debates se centran en los políticos y no en las dificultades existentes. Parece que nos hemos olvidado de que la política es una reflexión y no partidismo ni odio. Incluso da la impresión de que tenemos una responsabilidad con ellos cuando es justo al revés.
Son ellos los que tienen una responsabilidad con nosotros. La verdad es que la gente de a pie quiere soluciones y no debates sobre Errejon, del que si hay que decirlo todo le toca lo mismo que a cualquier ciudadano: saldar sus responsabilidades si se demuestra que las tiene. Nada más. Lo que la gente no quiere es ese género literario o ese show televisivo en lo que se convertido esto donde reinan las corrupciones, los escándalos, que afectan a la percepción de lo público.
A la gente le da igual estas noticias sobre Errejón. Sin embargo la precariedad laboral, esa clase social que ha sustituido a la clase media, solo le interesa al pueblo y no a los políticos. Y eso me abruma. Que la noticia sea los presuntos abusos de un político, y como eso escandaliza a los medios, me parece incoherente. Esa no es la verdadera opinión pública. En los bares y cafeterías no se habla de esto sino de las dificultades para llegar a fin de mes. Obviamente hay una desconexión entre los políticos y la política como también la hay entre los ciudadanos y la política.
Cuando rupturas como esta se han dado en la historia solo han augurado malos presagios y épocas de cambios. Sin duda la mala gestión de lo público no puede acabar bien sobre todo para el pueblo que solo se entera de lo que los lobbies disponen. Pero ¿qué hacemos? (Me sitúo con las manos abiertas y cara de incógnita).
Para abordar esta problemática, es fundamental fomentar la transparencia, y la participación ciudadana. La educación política también juega un papel crucial en la creación de una ciudadanía informada y comprometida. Yo creo que esa es la clave: la educación política; la creación de una cultura política que no tenemos. Sin eso seguiremos siendo seres manipulados y polarizados a merced de la marabunta. Hace falta que tengamos pensamiento crítico para hablar de política y no de políticos. (Pongo mis brazos en jarra ahora).
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