Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
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En agosto de 1824 un grupo de liberales ataviados con el uniforme rojo de la Marina Real Británica desembarcaron en Almería con el fin de restablecer la Constitución de 1812 en defensa de la libertad frente al absolutismo de Fernando VII. El intento fracasó y más de una veintena fueron fusilados, de rodillas y por la espalda el 24 de agosto. En 1868 se erigió en su memoria el monumento a los Mártires de la Libertad conocido popularmente como el Pingurucho a los Coloraos. El Pingurucho se levantó en la Puerta de Purchena y se trasladó a la Plaza Vieja por razones urbanísticas. En el año 1943 un alcalde franquista, Vicente Navarro Gay, ordenó demoler el monumento con motivo de la primera visita de Franco a Almería. Un monumento a la libertad no era el marco más adecuado para recibir a un dictador. Con ello desapareció una parte de la historia de Almería. Ni el monumento en honor de José María Torrijos ubicado en la plaza de la Merced de Málaga, ni la estatua de Mariana Pineda ubicada en la plaza que lleva su nombre corrieron la misma suerte. Muerto Franco y constituida la democracia, la recuperación del Pingurucho de los Coloraos significaba recuperar un capítulo de la historia de Almería que había sido borrado del mapa por la dictadura franquista. Siendo alcalde Santiago Martínez Cabrejas se llevó a cabo su reconstrucción por iniciativa indiscutible de Fernando Martínez, profesor de Historia y concejal de Cultura. Se iniciaron celebraciones cada 24 de agosto en homenaje a los Coloraos con ofrenda de flores e himnos propios del liberalismo. Con el gobierno del PP, por orden del alcalde Juan Megino, se suprimió el toque de la Marsellesa, atribuyendo al acto una connotación política que no venía a cuento. Y con otro alcalde del PP, Ramón Fernández Pacheco, se aprobó la desaparición del Pingurucho de la plaza del Ayuntamiento. Se creó una asociación que defendió con argumentos históricos su permanencia. Tras largo debate, de nuevo la Intervención de Fernando Martínez, Secretario de Estado de Memoria Democrática, ha impedido su desaparición declarando el monumento a los Mártires de la Libertad “Lugar de la Memoria Democrática”. Hoy el pingurucho es un referente histórico que simboliza la libertad. Volver a censurar los himnos liberales en la conmemoración de su bicentenario es un gesto pueril de la alcaldesa María del Mar Vázquez tratando de banalizar lo que, para muchos demócratas almerienses, significa el Pingurucho.
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