Lo vamos a pillar todo

Unas cosas por el cambio económico, otras por la informática, otras por el cambio en los gustos de las personas, otras por la proliferación de animales domésticos en las casas y los cambios que provocan en la vida familiar, otras por los cambios en las cadenas de televisión que ya no se llaman así, sino plataformas de pago, otras provocadas por esos padres que le dan en el autobús el móvil a un bebé de acaso diez o doce meses, y otras, por el cambio climático. El caso es que ésto es un “sinvivir”.

Ahora he leído en The Conversation que gracias al cambio climático en Europa han aumentado los mosquitos y las enfermedades que éstos transmiten. Los que antes eran lo que siempre se han llamado “mosquitos como moscas cojoneras”, de las que yo no se quién las bautizó así, que que han servido durante generaciones -de personas- para encuadrar en su grupo a determinadas personas “toca narices u otra parte del cuerpo”, ahora esos animalitos transmisores del virus del dengue o el virus chikungunya, en cuyos casos los humanos actúan como “huéspedes amplificadores”, y que no se dejaban caer por Europa porque no era caliente para ellos, han aumentado el espacio aéreo por estos lares, porque les gusta nuestro nuevo clima -el de una porción grande de Europa- de la que nosotros -aunque en ocasiones no lo parezca- formamos parte.

El mecanismo es el siguiente: el mosquito se contagia de uno de esos virus que crece en su interior como un poseso, el mosquito le pica a un europeo, dentro del europeo el virus crece, y el europeo contagia a sus paisanos. ¿Suena de algo esa historia? Pues así estamos.

Cuanto más viajemos de aquí para allá, más países cálidos visitemos y más gregarios seamos, pues más se extienden los virus. En la globalización, en los viajes, en las vacaciones lejos, no todo son ventajas.

En ocasiones vale más ser un poco más sedentario y un poco menos nómada.

Así como que a veces es mejor visitar lo que ya se conoce, porque “vas sobre seguro” que correr aventuras, sobre todo en temas de salud y promoción de enfermedades, aparte de infectarse uno mismo. Hay ocasiones y edades para todo.

Imagino que conocen el dicho que dice: “en la vida de todo hombre hay tres Sanchos. Primero, Sancho el Bravo. Segundo, Sancho el Fuerte. Y, tercero, Sancho Panza.”