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Ignacio Flores
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Butragueño dijo en una ocasión que Florentino Pérez era un “ser superior” y se ve que éste lo creyó. Y con la edad y con los títulos del Real Madrid, se le ha desmadrado el ego. Nadie encuentra otra explicación a la grosería que ha cometido en la entrega de los premios Balón de Oro. En la cola para subir al avión que llevaría a las cincuenta personas que componían su séquito a París, dio la orden de volver a Valdebebas. El motivo que aduce la entidad blanca es que el mejor jugador del mundo de este año es Vinicius y que, por tanto, si no le dan el Balón de Oro es una injusticia. Debe ser una injusticia imposible de soportar, porque el hecho de que le hayan dado al Real Madrid el premio al mejor equipo del mundo, y a Ancelotti el de mejor entrenador, no es suficiente para paliar la horrorosa ofensa que le hacen a su Vini. Al parecer, antes de tomar la decisión de no ir, tuvieron conversaciones con los organizadores, la revista France Football, en la que les informaron de que, dado lo ajustadas de las votaciones, influía mucho en la concesión del premio formar parte del equipo que ganó la Eurocopa, o sea, España. El Madrid adujo que, de ser así, el premio tenía que ser para Carvajal.
Por el contrario, el premiado Rodri hizo un discurso elegante, recordando a compañeros como el propio Carvajal. Añadió que ya era año de que fuera premiado un español, segundo desde de que lo ganara Luis Suárez hace más de sesenta años. El Ser Superior también podía haber aprovechado para elogiar al fútbol español. O. por lo menos, haber mandado a su turiferario Butragueño a recoger los trofeos del club y del entrenador. Y, de paso, haber quedado como un equipo señor, que es de lo que presumen siempre; como dice su himno: “Noble y bélico adalid, caballero del honor”. O aquel otro verso: “Enemigo en la contienda, cuando pierde da la mano sin envidias ni rencores, como bueno y fiel hermano”. A tomar por saco el himno y el señorío, donde se ponga una victoria, aunque sea de penalti injusto en el descuento, como suele decirse, que se quite el ”fair play”. Total, que estamos a punto de borrarnos, pero no sabemos de qué porque no estamos apuntados. Eso sí, un tercio del equipo es un forofo irreductible del Real Madrid y los otros dos tercios son claramente simpatizantes. Pero cabreados estamos, eso que quede claro. Además de al Real, de rebote, algo salpica al fútbol español en general esta falta de educación.
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