Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
Me estoy convirtiendo en un nostálgico a lo Jorge Manrique cuando declamaba aquello de “¿Qué se hizo el rey Don Juan? Los infantes de Aragón ¿qué se hicieron?“ (XVI) . No preguntaré dónde están aquel rey ni aquellos infantes. Tampoco el paradero de las damas, sus tocados y vestidos (XVII). Yo me pregunto “qué se hizo” de la Revolución francesa, dónde se han quedado los valores de su gran proclama, la que tanto y con tanta fuerza se ha repetido. Me pregunto si solo fue una ensoñación de unos exaltados a los que no se les ocurrió otra cosa. ¿Fue una simple ocurrencia pedir la LIBERTAD para todos? ¿Qué ha pasado con esa exigencia? ¿Cómo andamos de libertad? Es una pena: defendida por unos que han hecho de la libertad bandera, entendiendo por ella algo tan rastrero como un “viva la virgen”, un haz lo que puedas, aprovecha tu situación, y el que no pueda, pues eso.. Cabe también preguntar “qué se hizo” de la igualdad. Muchos se dicen defensores de la igualdad, Pero no todos ponen el foco en la misma. Los hay que pretenden que, parcheando la situación, la desigualdad real no tenga demasiada incidencia sobre los menos pudientes. Y están los que frisan la búsqueda de una cierta igualdad entre territorios, dejando de lado la desigualdad entre los individuos. Los datos sobre la distribución de la riqueza sobre todo a nivel individual son decisivos. Aquel sueño de la igualdad, queda muy lejos. Y ¿Dónde ha quedado lo de “fraternidad”? Parece que está enterrada lejos de la superficie, si es que alguna vez estuvo a la vista. Los datos del Ministerio del Interior sobre los delitos de odio denunciados y resueltos son espeluznantes. La fraternidad universal, en nuestro contexto, no es más que una alucinación. Hay odio al extranjero, aunque no se manifieste de modo resuelto. Y si no odio, sí hay un “mirar por encima del hombro” a los que no son como nosotros, considerándolos no solo inferiores, sino culpables de nuestros males. Esto a nivel ciudadano, y lo que es peor, en boca de algunos “destacados” políticos. Item más: tampoco se manifiesta una mínima fraternidad entre los que sí son “de los nuestros”. Si en las Islas Canarias tienen un problema con los menores no acompañados, allá ellos. Tal vez otras comunidades se sientan “solidarios” y con pena, a modo de dádiva, estarían dispuestos a recibir a algunos de esos menores. ¿Qué se hizo de los ideales de la Revolución Francesa?
También te puede interesar
Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
Comunicación (Im)pertinente
Papá Noel robotizado
Sin complejos
La mentira histórica
Equipo Alfredo
Urbanismo doloso