Peligrosos personajes

La estampa de un tirano ha sido frecuente en el cine, como si fuesen figuras de otros tiempos. Nos emocionaban sus crueldades cuando afectaban a personajes de la trama por los que habíamos sentido un afecto fantasioso. Un ejemplo muy descriptivo sería la figura del emperador Nerón, tocando el arpa mientras contemplaba el incendio de Roma en la película Quo Vadis. Y cuando salíamos del cine nos quedaba la imagen de un pasado criminal del que nos sentíamos muy alejados. Hoy, veinte siglos después, podemos decir que aquellas escenas, que nos parecían historias anacrónicas superadas por la civilización, las estamos viendo cada día cuando encendemos la televisión y aparecen en el telediario. Ciudadanos indefensos sufren despavoridos, sin saber por dónde pueden escapar, para librarse de los bombardeos que masacran a una población civil sin hacer distinciones. Cadáveres en las calles, heridos bajo los escombros, mujeres aterradas, niños huérfanos llorando sin rumbo, ciudades arrasadas, hambre y desolación. Y un personaje Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, al frente de esa batalla sangrienta, subido en un pedestal, como si estuviera tocando el arpa. Sus hazañas genocidas son apreciadas por el gran preboste, Donald Trump, presidente recién nombrado de los Estados Unidos de América, que lo ha recibido con palmas y olivos en la Casa Blanca y se ha mostrado dispuesto a poseer Gaza y convertirla en la “Rivera de Oriente Próximo”, una vez que haya sido vaciada de sus 2,3 millones de habitantes. Una idea luminosa que ha entusiasmado a Netanyahu al ver la disposición de Donald Trump a convertir Gaza en un paraíso, cuando se quede como un solar donde no quede un palestino. Las pretensiones de Donald Trump de compartir mesa y mantel con Netanyahu, no incomodan a la ultraderecha que se está fraguando en Europa, sino todo lo contrario. Viktor Orbán, Marine Le Pen, Mateo Salvine y Geert Wilders, cierran filas con Netanyahu y el resto de socios del denominado grupo de los Patriotas, no se pronuncian en contra y consideran al nuevo inquilino de la Casa Blanca como un “compañero de armas”. Madrid ha sido el escenario donde se han concentrado convocados por Santiago Abascal, presidente de VOX, para celebrar el triunfo de Trump con la esperanza de que cunda el ejemplo, consigan ostentar el poder en una Europa ultraconservadora y disfrutar de unas vacaciones en Gaza convertida en la “Riviera del Medio Oriente” tras la masacre.

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