Pedro Sánchez tiene un plan secreto

Notas al margen

Pedro Sánchez,  Ursula von der Leyen y Donald Trump.
Pedro Sánchez, Ursula von der Leyen y Donald Trump. / Diseño

30 de marzo 2025 - 03:11

Apedro Sánchez se le vio muy solo ante el Congreso defendiendo el rearme de Europa. Le pidió que convoque elecciones hasta algún socio despistado, aunque sea por dignidad, pero le tiran más las encuestas que el amor propio. Si le favorecieran, nadie duda que lo haría, pero no parece el caso. A un país acostumbrado a hacerse trampas al solitario camuflando el presupuesto de defensa en partidas de ciencia y tecnología, tampoco le resultará difícil recorrer el camino inverso para cumplir con sus aliados. Pese a que todos los gobiernos prometieron lo contrario, incluidos los del PP, el presupuesto de defensa siempre ha crecido, salvo en lo más crudo de la crisis. Si no se formó tanto revuelo es porque no se le daba publicidad. No se puede pasar por alto que nuestro espíritu es más bien antimilitarista, quizá porque Rusia nos queda lejos o porque no sufrimos una amenaza exterior desde la invasión napoleónica. No por casualidad llamamos fragatas a los destructores y buques de proyección estratégica a los portaaviones. Pero los eufemismos no bastan para eludir la realidad. Lo que Sánchez jamás imaginó es que le iba a tocar precisamente a él defender que no podemos tener un ejército de chiste, estableciendo marcos mentales transversales que apelen al sentido común. Estados Unidos, nuestro tradicional aliado, reniega de Europa, le impone aranceles brutales y encima se pone de parte de Putin en la guerra con Ucrania. De repente, nos vemos en mitad de un combate entre las democracias liberales y la ley del más fuerte para establecer un nuevo orden mundial. Desde la UE afirman que no queda otra que el rearme para no quedar fuera de juego. Pero Sánchez resalta que no se tocará un céntimo del gasto social y subraya que hablamos de un ejército europeo.

El presidente sabe que en el fondo su problema no lo tiene tanto dentro como fuera. Bastante tiene el PP con no mostrar demasiada fragilidad con sus acercamientos a Vox, y sus socios de gobierno, cada día más acomodados en las instituciones, ahora no pueden cuestionar el sistema. Sánchez con quien padece un dolor de muelas es con el jefe de la OTAN, Mark Rutte. Está tan entregado a Trump que anuncia en nuestro nombre que llegaremos al 2% del PIB en gasto militar este mismo verano. Y aún le preocupa más la Comisión Europea. Ursula von der Leyen es quien nos impone superar el 3% del PIB y tiene mecanismos para presionarnos, más allá de las bravuconadas de Trump. Sánchez presume tanto de que crecemos por encima de la media europea, que no puede negarse a arrimar el hombro. Somos los que menos aportamos y recibimos tanto como el que más. Como está seguro de poder hacer con el pueblo lo que quiera por decreto, viene a decir que vamos a meter la pasta, aunque ya veremos cómo. No parece tener claro el plan. Si satisface a sus aliados y no contempla reducir las políticas sociales, sólo queda confiar en que no piense en subir los impuestos, ¿verdad?

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