A Vuelapluma
Ignacio Flores
Los míticos 451º F
Hoy estamos a lunes, 23 de julio, inmersos en la plenitud del verano con sus hermosas noches cálidas de belleza aromática. ¿Qué mejor que la festividad de Santiago Apóstol, que celebramos este miércoles 25 de julio para protagonizar la reflexión de estas líneas? Santiago, Patrón de España, Fiesta Hispana, también universal, y primer evangelizador de nuestra patria, nos invita a reflexionar sobre la fe, la perseverancia y el valor en la defensa de nuestros principios. Nos brinda la oportunidad de redescubrir la fuerza espiritual que nos guía en nuestro camino y nos anima a seguir construyendo una comunidad solidaria y comprometida.
Esta festividad litúrgica es para los cristianos, para los católicos, para todos nosotros, especialmente españoles e hispanos, un hondo significado, y exige de todos nosotros un compromiso. El significado de la fe y el compromiso de nuestra respuesta, libre y generosa a esa fe. Celebrar la fiesta de los santos es celebrar a Cristo. Santiago, el hijo de Zebedeo, el Hijo del Trueno, fue un hombre intrépido, impaciente, apasionado hasta su máxima expresión humana, pero Jesús hizo de él un santo, y nosotros hemos hecho del santo un héroe nacional rodeado de leyenda y mito, pero el verdadero Santiago es el que hizo Jesús, un hombre que obedeció antes a Dios que a los hombres.
Esta festividad cristiana nos invita a la reflexión y nos da la oportunidad de examinar el valor de nuestras tradiciones y adoptar una actitud cristiana frente a las exigencias de nuestra época, tan agitada dentro de España como fuera de nuestro país por corrientes de pensamiento materialista y nihilista, y por la rápida transformación nietzscheana de la sociedad a través de la inteligencia artificial sin un código ético y moral, que ponga límites legales a un uso inadecuado para que no se vulnere la dignidad y la libertad de las personas.
No podemos negar que el camino de Santiago es uno de los acontecimientos históricos, artísticos, religiosos, culturales y comerciales más importantes de la humanidad. Es la única ruta que se ha reflejado en el cielo con su proyección en la Vía Láctea. Ahora bien, el móvil fundamental de este camino fue y es la fe católica. Santiago se muestra en el evangelio de hoy como el hombre decidido y generoso, dispuesto a beber el cáliz del Maestro. Se muestra como testigo vivo de Dios como el iniciador de una estirpe de personas que no cederán en la lucha por mantener siempre limpia la verdad divina. Paz y Bien.
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