A Vuelapluma
Ignacio Flores
No son las emociones, son las deudas
De puerta a puerta
Reconozcámoslo: Pedro Sánchez, “lo borda”. Nació con ese don. ¿Qué poderes, de nacencia, o, no, hay que tener para ganar la voluntad y dominar a los demás? A saber: La apostura. Le sobra; es como un maniquí que cobra vida y camina con ligero bamboleo cargando levemente el peso sobre la pierna derecha; lo que podría delatar una pequeña diferencia entre su derecha y su izquierda; más larga la pierna izquierda, cuando la derecha da el paso parece querer violentar la pasarela -sin premeditación ni alevosía… política. La sonrisa. Los espejos en su adolescencia, y los rubores de sus compañeras y compañeros -parguelas, mayormente- de colegio, le abrieron los ojos: con esa espada, la de su sonrisa, conquistaría el mundo y suyo sería el mundo para siempre. La frialdad. Consciente de su capacidad de seducción, nunca se inmuta cuando un medio de comunicación, o un rival político, airean sus incumplimientos electorales, o presuntas complicidades con su querida esposa, quien, según indicios constatados y reconocidos por la Autoridad Judicial, ha cometido, presuntamente, delitos de tráfico de influencias; entre otros. Sin inmutarse, como quien se sacude una mota de polvo, pasa página: “Yo nunca miento. Simplemente, cambio de opinión”. “La máquina del fango de las ultraderechas, quiere quebrarme; pero, van listos”.4.- La soberbia. Todo el mundo es prescindible. Menos él. España es, si conviene al gobierno progresista, un estado plurinacional habitado por cuarenta y siete millones de personas susceptibles de ser tratadas como morralla: morralla de segunda, formada por quienes lo critican y no lo votan porque viven en la fachosfera, y morralla de primera, la que trinca a su vera, la maloliente, la que medra genuflexa y servil a su sombra, derritiéndose de fervor cuando su sombra y él, el gran líder, inician el paseíllo hacia su escaño habiendo cargado paquete a la izquierda, previamente: “¡A la mierda Feijóo!” -jalea la vicepresidenta gallega. “¡Ole, oleee…, hoy también vas a cortar orejas y rabo, Presidenteeee!” -grita la vicepresidenta médica con su peculiar gracejo capitalino andaluz. Y 5.- La otra sombra. La sombra oculta que lo trajo a su sendero de gloria desde el relax y la cordialidad de las saunas familiares de su cónyuge por las que transitaron, y transitan, los secretos más íntimos e inconfesables de muchos hombres importantes cuya reputación no puede dejar de parecer impecable. Qué poder el de la “información sensible”. Bien guardada, por si acaso. Cinco cartas de triunfo seguro y duradero. Con ellas, y con el apoyo desinteresado de los independentistas, Pedro Sánchez puede mantenerse al mando cogiéndonos a todos el pan bajo el sobaco; a no ser que, por cualquier tontería, un día, mire usted, la morralla de segunda, que no es la maloliente y sí es la más abundante, se le atragante.
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