Optimista, pero menos

Pues yo lo veo así

27 de junio 2024 - 03:10

Hace unos días leí en El País una encuesta que de alguna manera hizo que volviera a tener fe en la humanidad. Decía el titular que hacia el setenta y cinco por ciento de los consultados estaban hondamente preocupados por el deterioro del medio ambiente. Ese porcentaje ascendía a más del ochenta por ciento en el caso de España. Esa preocupación hacía que la mayoría de los encuestados exigieran a los gobiernos medidas “contundentes” para mejorar la situación, para evitar que la tierra se convierta en un planeta muerto. Pero, pasado mi primer momento de cierta euforia al ver que la conciencia mediambiental se iba extendiendo por la gran mayoría de la humanidad, caí en la cuenta de que las cosas no estaban demasiado claras. Tenía al menos dos motivos para frenar mi optimismo. Por una parte, qué significado atribuir al término “contundente” que se resaltaba en el titular, y cuál sería el alcance de las medidas: a quién y cómo iban a afectarnos. Por otra parte, me salía cierto sarpullido pensando que no brillaba precisamente la coherencia en la toma de otras decisiones. En cuanto a la primera, parece que los encuestados atribuyen la culpa de modo casi exclusivo a la utilización de combustibles fósiles; por lo que se insta a los gobiernos a promocionar y multiplicar las energías limpias eliminando carbón y petróleo. ¿Será eso suficiente? ¿Son conscientes de la limitación que supone reducir la producción de energía a las actuales energías limpias? Muchos informes disponibles advierten de que dada la gran necesidad actual de energía las fuentes limpias no serán suficientes ¿No sería necesario recurrir al “decrecimiento”? ¿Y estarían dispuestos los que se muestran tan belicosos a morigerar el desarrollo? En cuanto a la posible incoherencia diría lo siguiente: ¿cómo es posible que, mostrándose tan de acuerdo en que la situación actual apunta a una catástrofe a medio plazo, sigan votando a partidos y posiciones políticas que, o bien a las claras niegan la existencia del problema, o bien trivializan el problema posponiendo su solución? Porque es difícil pensar que justamente el veinte por ciento de los que no exijan medidas contundentes sean exactamente los que votan a partidos negacionistas. Es evidente que se trata de un problema trasversal que encuentra eco en muchas ideologías. Pero si a la hora de votar se escogen partidos que minimizan el problema podemos concluir qué valor otorgan los votantes al medioambiente.ro.

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