La olvidada República de Pechina

21 de agosto 2024 - 03:07

Todo empezó en el año 765, cuando Abd al-Rahman I, en el arrabal de Bayyana, de la antigua Urci romana y actual Pechina, es decir en Almería, mandó construir un arsenal y una fortaleza para protegerlo. Posteriormente Abd al- Rahman II, en la primera mitad del s. IX encargó a los yemeníes la vigilancia de la costa a cambio de concederles tierras del valle de Andarax. Esto se hizo para defender la bahía de las múltiples incursiones de los normandos y como zona estratégica para controlar el paso de las naves por el Cabo de Gata.

¿Qué fue la República de marineros de Pechina? Pues bien esta república se formó con marineros mozárabes y muladíes principalmente y algunos bereberes y árabes que realizaban transacciones económicas y comerciales entre la Península Ibérica y el norte de África. El mando político naturalmente fue de los yemeníes. (Los mozárabes eran godos a los que se les permitió vivir entre los musulmanes sin renunciar a su religión cristiana, mientras que los muladíes eran godos que se convirtieron al islam realmente o de forma ficticia) También ejercieron la piratería. Tuvieron sus bases en las dos orillas del Mediterráneo, llegando en sus correrías hasta Alejandría. Con el paso de los años los que vivían en el valle de Andarax, se fueron concentrando en Pechina. Cuenta al-Bakri que para trazar la ciudad de Pechina tomaron como modelo la capital omeya y encima de una de sus puertas colocaron una estatua de la Virgen. Esto nos permite afirmar la buena sintonía que existió entre moros y cristianos. Poco a poco se fueron concentrando los “marineros andaluces” en la zona hasta formarse la “República de marinos de Pechina” que es como la llama Leví Provençal .

La zona que ocupó esta curiosa República se protegió del interior mediante una serie de fortines levantados en sitios estratégicos. Esta seguridad unida a la actividad de la flota se tradujo en un rápido crecimiento y riqueza gracias al comercio de la artesanía y la seda.

Con el emir Abd Alláh estos marinos solicitaron su protección, una ampliación de su territorio, que se les había quedado pequeño y un estatus político de autogobierno. Todo ello se les dio. Su territorio quedó determinado por la línea Alhama, Alhabia, Bentarique, por el oeste, Nijar por el este y Purchena por el norte hasta las proximidades de Baza, quedando en su interior una gran parte de la sierra de los Filabres y parte del valle del Almanzora.

Durante su existencia la República sufrió tres intentos de conquista, dos por los moros de Granada y la otra por parte del conde de Ampurias. Los moros de Granada atacaron Pechina, ciudad floreciente gracias al comercio, con grandes almacenes de trigo que traían del norte de África y la seda que llegaba de oriente. Pero de repente ocurrió algo totalmente imprevisto y seguramente único en la Historia. Cuando el jefe de los sarracenos de Elvira Sa’id ben Chudi estaba tomando todos los cerros que dominaban Pechina, en ese mismo instante apareció la flota de Sunier, conde de Ampurias, compuesta de 15 naves con la intención de desbalijar también la ciudad, anclando sus naves en la bahía frente a Almería y desembarcando en la playa después de haber quemado todas las naves que se encontraban ancladas. Los marineros de Pechina salieron al encuentro y entablaron un fuerte combate. Tras un acuerdo con los de Pechina, la flotilla del conde de Ampurias se hizo de nuevo a la mar, suponemos que no se irían con las manos vacías o bien le hicieron creer a los de Ampurias que los que estaban en las colinas venían a socorrerles. El jefe de los moros de Elvira que desde las alturas vio en el horizonte las velas de los 15 bajeles del de Ampurias, pensó que los de Pechina estaban recibiendo refuerzos por mar y rápidamente, emprendieron el camino de Elvira.

Salvada esta doble amenaza de moros y cristianos, Pechina siguió prosperando y enriqueciéndose gracias al trabajo y el comercio de sus gentes. En el 922 Pechina nuevamente pasó a formar parte de la comunidad musulmana y continuó progresando durante la primera mitad del siglo X; pero a partir del 955, año en que Abd al-Rahman III trasladó la capitalidad de la cora a Almería empezó su decadencia y ya en el siglo XI, mientras Almería era la capital de un importante reino de taifa, Pechina era solamente un pueblo de agricultores y pastores.

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