La odisea americana

Mientras va dinamitando desde dentro la democracia americana, Trump ha puesto a la Unión Europea en su punto de mira. Dice que se creó para “joder” –palabra del zafio presidente– a los Estados Unidos.

Recordemos la gran época del western, años 50 y 60. En todas las películas el malo era el diferente, el que, se suponía, era el originario habitante de aquellas vastas llanuras que los pioneros iban colonizando con sus conocidos carros de lonas: el indio. Se retrataba a los indios como sanguinarios, danzantes absurdos alrededor de un tótem o una hoguera, se les deshumanizaba, decimos ahora, para exaltar, por contraposición, al héroe, el general Custer y su sétimo de caballería. Lo americano inundó el mundo desde entonces. Pero el americano, zafio, bebedor, rico, práctico, nunca comprendió al mundo. Para él todos los pueblos –excepto, quizá, el inglés, su ancestro– eran hombrecillos atrasados, analfabetos, crueles, que morían por causas absurdas. Sin embargo, siempre ha habido algo que los americanos han envidiado de Europa: su historia. Aquellos reyes latifundistas, aquellas princesas y príncipes, aquellos condes, duques… cuya propiedad fue conquistada por las armas, eran admirables para el americano pragmático, burgués y rico que gustaba de comprar obras de arte europeas como el patio del Castillo de los Vélez de Almería para darse el gustazo de poseer algo de aquellos antiguos honores y blasones que lucían en Europa.

Ahora se está rodando La Odisea, de Christopher Nolan, una película épica, con Matt Damon, Tom Holland, Charlize Theron, etc. Es de las que gustan ahora en Hollywood, histórica, fantástica, que permite el despliegue de medios típico americano, como Gladiator, Troya... Se estrenará el próximo año. Los americanos ya no pueden seguir engañando al mundo con su pretendida odisea de la conquista del Oeste, porque el mundo sabe que aquello fue un genocidio, y pretenden adueñarse de la historia y la épica europea, que tanto envidian porque ellos no tienen nada parecido en la historia de su país. Podrían haberse inventado una épica con lo de la llegada a la Luna y todo eso, de hecho, tienen muchas películas espaciales y de catástrofes siderales y cosas así, pero no. Eso tiene sus límites. La gente ya no está por creerse teorías absurdas. Resulta que el liderazgo cultural de Occidente, para ellos, sigue ostentándolo Europa. Por su Historia. Les da rabia.