A Vuelapluma
Ignacio Flores
No son las emociones, son las deudas
Los políticos nos vienen contando la milonga de que la ocupación no es un problema, que es inventado, como siempre, por la extrema derecha. Se lo he escuchado al Psoe en el ayuntamiento de la capital, al representante de Sumar, Podemos, Restar o no sé cómo puñetas llamar al grupo que dice representar el edil, es de imaginar que, con las mejores intenciones de cara al ciudadano que asegura representar, aunque la primera de ellas sea la de cobrar un buen sueldo del erario público, ese que según ellos no tiene dueño, pero que mira por donde sale de los bolsillos de los contribuyentes, y por obligación. De todos es sabido que la obligación no deja de ser un cierto atropello, cuando no un robo que aseguran es legal.
Pues bien, lo que más encocora de estos políticos sedientos de nuestros dineros es que te dicen que no hay ocupación ilegal, por lo que un okupa con k puede estar viviendo en tu casa por años, y usted pagarle luz, agua y recogida de basura. ¿Y los políticos? Ellos disfrutando de sus sueldos que les pagamos los imbéciles y encima negando que exista la llamada okupación con k, pero no así otras, a las que han atacado con fuerza a lo largo de este verano.
La policía, esa que no te ayuda si te han ocupado la casa, te ha perseguido y te ha multado si ocupabas un trozo de la arena de la playa, bien con una silla o con una toalla, y te habías ido al chiringuito a comer, o estabas guardando ese trozo de arena que dicen es de todos los españoles, para la señora que se había quedado en casa poniendo la lavadora. Ha sido grotesco ver a las parejas de policías, vestidos los pobres míos de azul marino oscuro ¡qué calor! deambular por algunas playas de nuestros país, buscando a los ocupas de metro y medio de arena en la que tumbar el cuerpo.
No me digan que no es grotesco ver a esos policías poniendo una multa a una sillita de playa vacía, a una toalla que, tumbada al sol, espera estirada el cuerpo de su dueña. No me digan que no es grotesco que esos policías que nada pueden hacer ante la ocupación de una casa, reciban de sus jefes la orden de multar a las sillitas o toallas que guardan el regreso de sus propietarios. Esta es la imagen de la España que nos están dejando inútiles como los ediles, alcaldes, diputados, senadores, ministros, presidentes de las comunidades y el del gobierno central que permiten estas historias. Con este personal es evidente la imagen grotesca de la actual España.
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