José Ángel Pérez

La ocasión hace al ladrón

El lado oscuro de almería

Modalidades. Desde tiempos inmemoriales, el cuestionable arte del robo y el hurto posee tantas variantes y métodos como la imaginación de los delincuentes permite concebir

EL dicho o refrán de "La ocasión hace al ladrón" hoy tiene plena vigencia dentro de otros parámetros de la delincuencia en el siglo XXI. Se trata de una alocución popular que duda de la honorabilidad de las personas e indica que no podemos saber si alguien es realmente honesto, hasta que no tenga la oportunidad de demostrarlo en una situación lo suficientemente tentadora. Bajo este popular refrán nos vamos a referir a los que en su día algún dirigente de Interior los denominó "delitos menores". Tal como en su origen apuntamos una serie de hechos delictivos-con sus primitivos nombres delincuenciales- que se conocían en los años 50 y 60 y que se estudiaban en los apuntes que el profesor Antonio Viqueira, comisario de Policía y director de la academia de aspirantes a subinspectores del entonces Cuerpo Superior de Policía impartía a los alumnos. En dichos apuntes se estudiaban los distintos "modus operandi" de aquellos cacos artífices de la llamada "delincuencia artesanal".

Toperos. Para forzar las puertas o ventanas de las casas utilizan palanquetas, destornilladores y en ocasiones hasta gatos hidráulicos. Sus preferencias suelen ser los primeros y últimos pisos de los edificios para mejor protegerse ante intrusos.

El tablerista. Es el delincuente que actúa directamente sobre la puerta, practicando en ella un orificio lo suficientemente grande para introducir la mano y abrir la cerradura desde el exterior. Utiliza un taladro autónomo, martillo, sierra o berbiquí.

Espadistas:

Casos menos frecuentes. Hay que buscar a los autores en el entorno próximo a los dueños de la casa. Abren las puertas utilizando llaves falsas o ganzúas.

Escaparatista. Sustrae objetos de los escaparates de las tiendas, principalmente ropa y joyería. Rompen la luna del cristal y ayudándose de un alambre enrollado en cinta aislante y con la punta en forma de gancho-tipo anzuelo- se apoderan de cuantos objetos engancha

Encalomo. Es el delincuente que se esconde en el lugar del robo antes de que cierre el establecimiento, actuando una vez que se queda solo. Suelen ir varios individuos. Es un robo un tanto en desuso y se ha venido detectando en almacenes de los polígonos

Palquistas. Acceden a las viviendas, especialmente en casas antiguas o de pocos pisos, escalando y trepando a través de la fachada accediendo por los balcones o terrazas. Actúan de noche.

Butroneros. Suelen "trabajar" con horas por delante. Utilizan elementos contundentes para realizar boquetes de varios centímetros de diámetro junto a la puerta y cerraduras o en paredes colindantes a la vivienda.

Rififi. Se denomina así este "registro" cuando el boquete que permite la entrada a una persona se efectúa a través de terrado. Fundamentalmente "trabajan" en locales o naves comerciales de una sola planta.

Alunizaje. Método utilizado por los ladrones consistente en embestir con un vehículo contra el escaparate de la tienda y robar la mercancía. En pocos segundos los ladrones han consumado el robo y se han dado a la fuga.

Una precaución eficaz y barata consiste en aparcar los vehículos propios delante del comercio, de tal forma que se dificulte el acceso del vehículo conducido por los agresores, el cual necesitará unos metros de libre recorrido para impactar con fuerza suficiente.

El mazazo.Varios individuos llegan a la joyería o comercio elegido para robar subidos a bordo de dos motocicletas. Sin quitarse los cascos de protección, dos de ellos bajan del vehículo intimidando a los peatones o empleados que salen a la calle.

Los otros dos rompen a mazazos los expositores de los objetos de mas valor introduciendo las manos por el agujero para hacerse con el botín..

Este tipo de robos los suelen hacer a plena luz del día y en su consumación emplean entre tres y cuatro minutos

En los parkings. Al regresar a los parkings y estacionamientos, acérquese al vehículo con las llaves preparadas, para poder arrancar sin pérdida de tiempo. No se quede en el interior del vehículo parado revisando paquetes o papeles. Desplácese cuanto antes. Si percibe algo sospechoso, llame la atención de los transeúntes haciendo sonar el claxon y accionando las luces de ráfagas.

Los revienta cabinas. Los que dominan este "registro" en la actualidad son personas procedentes de Europa del este, especializados en desvalijar las cabinas telefónicas. Atrás quedaron ya los tiempos del "fleje" o "espadilla" para forzar los cajetines telefónicos. Ahora los aparatos son mas sofisticados.

El carterista. ("sañero") Es el delincuente que sustrae la cartera a la victima para apropiarse de los billetes, monedas o las tarjetas de crédito ("plásticos). El lugar o lugares habituales donde ejecuta el hecho ("pasto") es en mercadillos, acontecimientos deportivos, ferias, autobuses, siempre donde haya grandes aglomeraciones de personas-

Puede actuar solo o acompañado y existen diversas técnicas:

El Piquero. Utiliza los dedos índice y medio protegido por un periódico o prenda de vestir("muleta") que oculta la operación a los presentes y que acto seguido pasa la cartera al cómplice ("pasar el burro")

El bolsillero. Abre el bolso de las mujeres e introduce las manos para apoderarse de los monederos.

El lancero.Técnica sudamericana practicada por carteristas de aquellos países que utilizan pinzas adaptados o alambres para "levantar" la cartera.

En desuso ha caído la tradicional forma utilizada por los viejos carterista quienes valiéndose de una cuchilla de afeitar cortaban los forros de los bolsillos para sacarle las carteras.

Los maleteros. Especializados en la sustracción de maletas, bolsas de viaje, cámaras fotográficas y cuantos efectos puedan llevar quienes se disponen a viajar. Sus lugares de actuación son las estaciones de ferrocarril, autobuses, estaciones marítimas, aeropuertos y vestíbulos de hoteles.

Los Mecheros. Actúan en los grandes almacenes y superficies comerciales. Están los "empalmadores" que hacen el trabajo entre varios individuos, donde mientras uno distraen al dependiente-prefieren jóvenes- el otro se lleva en la mano un objeto pequeño pero de gran valor, fundamentalmente joyas. Utilizan pegamentos o chicles para hacerlo.

Las butroneras. Son mujeres provistas de un gran mandil camuflado bajo una prenda de vestir amplia. Como en el caso anterior suelen ir varias, una de las cuales denominadas "la cartujera" es la encargada de vigilar o distraer al dependiente.

Los hurtos por descuido constituyen una pesadilla para los establecimientos comerciales, quienes tratan de combatirla con el uso de numerosos sistemas de seguridad, que van desde las cámaras de TV de circuito cerrado, pasando por vigilantes de seguridad y chips y barras de código en los distintos artículos.

Las gateras. Son mujeres, que con ocasión del ejercicio de la prostitución le sustraen al cliente lo que de valor lleva encima. Suelen actuar a veces con un cómplice y es en la calle donde tras concertar el servicio, llevan a su victima hasta la habitación de un hostal o pensión. Este "registro" lleva la alternativa del denominado "Beso del amor".

Ratal de hotel. Se conocen así a los delincuentes que trabajan en las habitaciones de hoteles, bien cuando ha salido el ocupante o incluso, cuando éste se encuentra durmiendo. Estas modalidades, salvo casos excepcionales ya no son frecuentes en el momento actual.

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