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Víctor J. Vázquez
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A Vuelapluma
Leyendo la prensa estos días atrás me encontré con la noticia de que “Esta semana se está llevando a cabo el Challenger de Madrid, un torneo que da 100 puntos ATP al ganador y que cuenta con un cuadro de lujo”.
La información continuaba dando detalles de los premios que se llevarían el campeón y el finalista, y que es un torneo idóneo para tenistas que no pueden disputar el Masters 1000 de Montecarlo.
El cuadro que presenta el torneo es de auténtico lujo,con un campeón de Grand Slam en liza, Marin Cilic, y tres ganadores de Masters 1000, Pablo Carreño, Borna Coric y el ya citado Cilic. Tenis de máximo nivel y lo mejor es que acudir al torneo, que se disputa en las pistas de tierra batida del Club de Campo Villa de Madrid, es completamente gratis. Cualquiera puede ir.
Y aunque las apuestas están prohibidas, las hay. Y ahí que se meten entre el público los apostadores a intentar poner nerviosos a los tenistas dando voces “y liándola parda”.
Conclusión, que el dinero, como el aceite, va manchando todo lo que toca. No es culpa del dinero ni del aceite, son las personas. Pero ahí está el resultado.
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