El nombre de las cosas

13 de junio 2025 - 03:09

El significado y uso correcto de los términos y los nombres de las cosas no es cuestión banal, aunque no pocas veces se descuide. De ahí que Juan Ramón Jiménez pidiera poéticamente a la inteligencia que le diera el nombre exacto, y también compartido, de las cosas. La polisemia, los plurales y extendidos significados, abren tanto la denotación, el significado más o menos objetivo y propio de las palabras, como la connotación, de naturaleza más expresiva o apelativa. Algo de esto ocurre con el término “fontanero”, cuyo uso en femenino se repite en la actualidad informativa por mor de los tejemanejes políticos. El Diccionario académico no recoge la connotación de “fontanero” asociada a maquinaciones ocultas, y solo incluye la denotación característica. Esto es, se tiene por fontanero a la persona especializada en la instalación, mantenimiento y reparación de conducciones de agua, además de otros servicios sanitarios y de calefacción. De modo que, en una próxima edición, dado el uso de las destrezas fontaneras en otros ámbitos, cabe que el Diccionario incluya una nueva acepción. Sin embargo, el Diccionario del español actual, auspiciado por Manuel Seco, incluye, como acepción de “fontanero”, utilizada en el argot de la política, la referida a persona que trabaja en las interioridades del poder, de forma generalmente oculta o en la sombra, y se ocupa de asuntos secretos o poco claros. De estos fontaneros algo sabía Maquiavelo, así como otros autores precursores ocupados en la formación de los príncipes. Pero al digno gremio de los antiguos plomeros no debe complacerle mucho esa particular connotación de su oficio, ya que sus servicios, indispensables y no siempre fáciles y prontos de conseguir, no deberían confundirse con malévolas y perversas maquinaciones para alterar el orden de las cosas.

En otras ocasiones, la cuestión terminológica no tiene que ver con la diversidad de los significados, sino con la oportunidad de su uso ante las circunstancias que concurren. Así, aforada es una persona que goza de fuero y este último, entre sus significados, tiene el de una competencia jurisdiccional especial que corresponde precisamente a ciertas personas por razón de su cargo, como es el caso del fuero parlamentario. Mas esto llevaría a otro asunto interesante, el de la importancia, y la naturaleza, del fuero y el huevo.

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