Esta noche brindo por todos ustedes

31 de diciembre 2024 - 03:09

Llegó el fin de año, esta noche cansina para unos y hermosa para otros, en la que lo preceptivo es brindar por el nuevo año. La costumbre de brindar viene del s. XV. En el ejército de Carlos V junto a españoles y napolitanos, se contaban 12.000 alemanes. Entraron en Roma a desgüello saqueándo todo y festejaron la barbarie llenando sus copas de vino y brindando con la expresión bring dir’s (yo te ofrezco) que derivó en lo que hoy es un brindis.

Casi todas las culturas brindan con el fin de celebrar algo y desear buenos augurios. Nosotros decimos ¡salud!, los alemanes ¡prost!, los franceses ¡santé!, los chinos ¡gan bei!, los italianos ¡chin chin! y los japoneses ¡kan pai!

Ojo al dato, amigo. Brindar bien tiene un protocolo estricto. Este es: hay que brindar miràndose a los ojos, nunca la copa llena, el vidrio debe chocar (salvo que sea mucha gente), no se debe levantar la copa más allá de los ojos ni bajarla más abajo del corazón. Brindar sin beber trae mala suerte y beberse la copa de un trago también.

Cualquier vino vale pero tenemos por costumbre que sea cava o champagne. Cuentan que dom Perignon –padre del champagne- consiguió gracias a un peregrino catalán que le enseñó la utilidad del corcho, que la fermentación no hiciera saltar por los aires los tapones de cera que utilizaba hasta entonces y cuyo estruendo achacaban al demonio.

Cuando Perignon probó el resultado final sin miedo a diablo alguno, rompió el voto de silencio, se levantó el hábito y salió al claustro vociferando: ¡Estoy bebiendo estrellas!

Probablemente sea esa textura de fuegos artificiales la que hace el espumoso se utilice como colofón de celebraciones, pero la bondad del espirituoso aconseja que sea para momentos muy especiales. El cava y el champagne son vinos polisémicos, maridan con cualquier plato, ya sea con los entrantes y hasta los postres.

Los buenos aficionados a la burbuja aconsejan que, el cava y el champagne, se beba de principio fin sin mezclar con licor alguno, ni alcohol, y siempre en copa de flauta fina y transparente que permita mantener la burbuja persistente, el aroma y una crepitación de las mismas delicada. En contraposición es herejía machista el dicho de que “la buena teta que en la copa quepa”, huyendo de las antiguas copas bajas, redondas y achatadas. Un pubis de cristal cargado de estrellas. ¡¡FELIZ AÑO NUEVO!! Y SALUD PARA USTED Y LOS SUYOS!!

stats