Antonio Lao
El silencio de los pueblos
El Pingurucho
Los socialistas hemos votado en contra del presupuesto del Ayuntamiento de Almería para el próximo año por dos razones fundamentales. La primera, porque no recoge los principales problemas de la ciudad, es insolidario, poco participativo, menos inversor y muestra la habitual falta de compromiso del PP con los barrios y con nuestros sectores económicos. Año tras año, el equipo de gobierno va repitiendo promesas y poniendo dinero en el presupuesto para obras que nunca llegan. Hay infinidad de ejemplos de la desidia del PP hacia la ciudad y de sus mentiras a los almerienses en el documento. Para muestra, el inmueble de la antigua piscina Jairán, convertido hoy un peligroso edificio en ruinas, que debería ser el flamante Complejo Deportivo de Costacabana, prometido desde 2021 y reflejado presupuesto tras presupuesto. Ya en 2025 no va. De los 1,6 millones de euros presupuestados para 2024, la alcaldesa no ha gastado nada. Esa es la solidez de su palabra.
Prometió continuar ejecutando las obras de urbanización de Los Molinos, donde ya deberían estar construyéndose casas para acabar con el acuciante problema de falta de vivienda, pero al día de hoy sólo hay un solar baldío.
Como todos los años, nos anuncian un considerable incremento del gasto para políticas sociales, pero lejos de atender las necesidades de las familias más vulnerables y atajar, de una vez por todas, esas bolsas de marginalidad que soportan muchos de nuestros barrios, el dinero se les va en fiestas. Es una auténtica vergüenza que dediquen sólo 20.000 euros para subvencionar proyectos a las asociaciones de mujeres de Almería y que se gasten 50.000 en dos almuerzos, para mayor gloria de la alcaldesa. En los últimos seis años el PP se ha permitido el lujo de rechazar más de 9 millones para programas de empleo que habrían sacado del paro a cientos de personas. Y en segundo lugar, rechazamos este presupuesto porque no tiene en cuenta nuestra propuesta de solucionar el principal problema que tiene Almería: la limpieza. La alcaldesa ha rechazado la gestión directa del servicio o aplicar un modelo mixto que permitiera ejercer un control público estricto. Y nosotros no vamos a ser cómplices de su persistente torpeza.
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