¿Es necesaria la ONU?La esencia de la mujer

El día 24 de de octubre se cumplieron 79 años de la creación de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en la ciudad de San Francisco. En total fueron 51 los países fundadores. El motivo, muy loable por otra parte, fue evitar en lo posible, que en el futuro pudiese tener lugar otra guerra tan salvaje y devastadora como fue la Segunda Guerra Mundial. Con la creación de este organismo internacional se quiso mantener la paz en el mundo y fomentar los lazos de amistad entre las diferentes naciones, etnias y culturas existentes en el planeta.

La idea fue muy buena: crear un organismo internacional donde poder plantear, debatir y solucionar los problemas globales de forma armónica y pacífica. Su sede se fijó en Nueva York, contando con dependencias en Ginebra, Nairobi y Viena. En la actualidad la integran 193 estados miembros y dos estados observadores (El Vaticano y Palestina) En cuanto a España, saliente de una guerra civil, vivió aislada durante una década. Alguien inventó el famoso eslogan que repetíamos hasta la saciedad los jóvenes, algunos sin saber con exactitud su significado: “Si ellos tienen onu, nosotros tenemos dos”. Por fin en 1950 fueron abolidas las sanciones contra nuestro país y el 14 de diciembre de 1955 España entró en la ONU, haciéndolo como miembro de pleno derecho.

La misión de la ONU es garantizar el cumplimiento del derecho internacional, el mantenimiento de la paz en el mundo, la protección de los derechos humanos, lograr el desarrollo sostenible de las naciones y la cooperación internacional en asuntos económicos, sociales, culturales y humanitarios. El cargo más importante de la ONU es el de Secretario General, que actualmente lo ostenta el portugués Antonio Guterrez.

El edificio principal de la ONU se ubica en Nueva York. Se trata de un gran coloso de 39 plantas, con una altura de 154 m. y 20 ascensores, lo que nos da una idea de la grandiosidad de la edificación. En él se ubican las oficinas de 193 países en las que trabajan unos 37.000 empleados.

Los problemas con la ONU que más nos afectan directamente a los españoles son: Gibraltar, el Sahara y la frontera Israel-Líbano. Empezamos con Gibraltar, que en la Organización de Naciones Unidas figura en la lista “Territorios No Autónomos pendiente de descolonización”, y añade que esta descolonización tiene que realizarse mediante negociaciones entre el Reino Unido y España; es decir nunca se llevará a cabo.

El segundo asunto que nos afecta directamente es el del antiguo Sahara Español. La Misión de la ONU para llevar a cabo el referéndum del Sahara Occidental, se estableció por Resolución 690 del Consejo de Seguridad el 29 de abril de 1991, de acuerdo con las propuestas que fueron aceptadas en agosto de 1988 por Marruecos y el POLISARIO, como representante del pueblo saharaui. La pregunta del referéndum debía ser muy clara para elegir entre la independencia del territorio o la integración en el Reino de Marruecos. Han transcurrido 33 años de la resolución sin que se haya dado ni un solo paso. Las cosas de palacio van despacio, pero no tanto. El tercer asunto es el de los cascos azules que se encuentran desplegados en la frontera de Israel con el Líbano. El Jefe del Sector es un General de Brigada español Guillermo García del Barrio. Bajo su mando hay 650 españoles y 2900 soldados más de Indonesia, Nepal, Serbia, Argentina, Salvador, India y Brasil. Esta Unidad solo dispone de armamento ligero para autodefensa, en una guerra donde cohetes, misiles y drones con cargas explosivas vuelan por sus cabezas a diario, lo que les obliga a permanecer en los refugios. Las decisiones que tiene que tomar a diario el General García del Barrio no son nada fáciles, ya que su misión es hacer lo posible para mantener un alto el fuego e informar de todo cuanto acontece.

Oigo con frecuencia decir que habría que disolver la ONU, porque no resuelve los problemas del mundo. Yo disiento de esta opinión y pienso que si no existiese habría que inventarla. Otra cosa es que necesite una revisión en cuanto a medios y misiones, empezando por suprimir el veto del que disfrutan esos cinco países privilegiados. Si el voto de un Premio Novel vale igual que el de un analfabeto, no parece democrático que el voto de una sola potencia pueda anular el de otros países menos poderosos.