Musk sabe por qué lo dice

11 de enero 2025 - 03:08

Elon Musk ha dicho que Hitler era comunista y le han llovido las críticas, pero el caso es que tiene razón: Hitler y Stalin mantuvieron un pacto fraterno, desde agosto de 1939 hasta junio de 1941, para repartirse los territorios europeos que había entre ambas naciones. Además, los sistemas de gobierno que utilizaban ambos eran prácticamente iguales: dictadura férrea del jefe, incluido el culto casi religioso y represión absoluta de cualquier disidente o diferente, fuera por motivos racistas, religiosos, económicos, sexuales, políticos, sindicales, intelectuales... o simplemente, que les cayeran poco simpáticos. De esa forma, ambos consiguieron con cierta facilidad cepillarse a varios millones de compatriotas. Sin contar con los extranjeros que se les pusieron por delante en la guerra. Stalin siguió apiolando ciudadanos propios durante muchos años después de la guerra, hasta que él la palmó en 1953. Hitler no pudo seguir también porque se suicidó al final de la guerra. Dos grandes figuras de la historia reciente.

Según esta lógica tan científica, Elon Musk también tendrá razón en el resto de sus opiniones. Por ejemplo, dice que el calentamiento de la Tierra es mentira y debe tener razón, porque, por ejemplo, los tremendos incendios de California en pleno enero, puede que se deban a que Hollywood estaba rodando una de sus superproducciones de catástrofes: “Silicon Valley en llamas” o “Infierno en el Pacífico” o algo así. También puede que la razón sea la que ha dicho su socio Trump: que la culpa es del gobernador de California porque los bomberos no tenían agua suficiente. Algunos tendenciosos opinan que esta declaración del presidente electo de EEUU es un bulo, uno más de los que suelta a diario. No podemos aceptar esta crítica a don Donald, porque sabemos que siempre va con la verdad por delante y sería incapaz de lanzar una noticia falsa. Millones de votantes lo avalan.

Desde luego, los poderosos van disfrutar de menos impuestos y de manga ancha para sus negocios. Pero a la ingente multitud de votantes de bajo poder adquisitivo, cuando les quiten la poca sanidad pública que tenían desde Clinton, cuando apenas encuentren una escuela pública donde llevar a sus vástagos, cuando les rebajen las prestaciones sociales, a ver si el banco JP Morgan o el Goldman Sachs les van a dar préstamos a interés cero que les permitan rehacerse tras un siniestro. ¡Que no les pase ná! Se van a acordar del asalto al Capitolio de hace cuatro años.

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