De Moncloa al Palacio de Miraflores

Cuando Isabel Díaz Ayuso hablaba de que con Sánchez nuestro país acabaría como Venezuela, muchos pensábamos que exageraba. Finalmente, y por desgracia, la presidenta de la Comunidad de Madrid tenía razón y eso que lo dijo hace ya bastante. Me asusta la pasividad de la sociedad y la política ante medidas que se parecen a dictaduras. Este Gobierno ha ido tomando las instituciones poco a poco. También les digo que siempre ha sido así, sea el color que sea. Me refiero poner a los colegas que convengan, pero el servicio y admiración y hacer todo lo que haga falta por tal de salvar al presidente nunca se ha visto. Podemos empezar por Tezanos, que fue uno de los primeros al servicio del jefe, y podemos terminar con el fiscal general del Estado. Como siempre digo, el caso de Álvaro García Ortiz será el final del Ejecutivo porque la posible corruptela suena muy muy mal. Pero ya saben que Sánchez va tapando o saliendo del bache perfectamente con una oposición floja y pasiva. Una estrategia que le funciona a la perfección, por ejemplo, los actos por la muerte de Franco. Parece que no, pero a él electoralmente le viene perfecto. Lo que me asusta realmente es lo que les hablaba al principio. Cambiar leyes o textos como ‘los Maduros’ de turno para seguir pase lo que pase en el poder. La última, es la reforma legal “frente al acoso de acciones judiciales abusivas” y para poner coto a la acusación popular ¿Qué quiere decir esto? que las investigaciones judiciales de Begoña Gómez, el hermano del presidente o el fiscal general del Estado puedan quedar archivadas. Es impresionante, no se cortan ni un pelo. Lo triste es que, poco a poco, nos va metiendo estas cosas y no reaccionamos para nada. Todo ha llegado a unos niveles nunca vistos en democracia. Otro de los problemas es que los del PP y Vox van siempre por detrás a la espera del Ejecutivo. Esperemos no llegar al nivel que se vive en Venezuela, pero oigan la cosa hace 20 años empezó así con Chavez. No sé que más nos deparará el mañana.