A Vuelapluma
Ignacio Flores
Los míticos 451º F
A Vuelapluma
Quéplacer era quemar. Qué placer especial era ver cosas devoradas, ver cosas calcinadas y transformadas. Empuñando con ambas manos la boquilla de latón, blandiendo la gran pitón que escupía un queroseno venenoso sobre el mundo, sentía que la sangre le latía en las sienes y …”. Ese es el comienzo de la novela “Farenheit 451”, de Bradbury, publicado en 1953, que leí por primera vez en 1969 y que la última vez que lo he vuelto a comprar ha sido hace un par de días. Esos renglones entrecomillados, son los primeros renglones del libro y son las reflexiones de Montag, un bombero que se dedica a quemar libros. Es lo que hacen en ese tiempo los bomberos. Leo mucho en la pantalla del ordenador, pero el placer de leer el libro de verdad, el de papel, es indescriptible. El tacto del mismo, la tipografía, la maquetación, el tipo de papel, su textura, su color, son un todo inseparable. Parecía que el libro de papel iba a desaparecer, pero afortunadamente son un a modo de Ave Fénix que ha resurgido de las cenizas imaginarias provocadas por esos bomberos imaginarios que se dedicaban a quemar cualquier libro que se pusiera al alcance del lanzallamas ¡Larga vida a los libros!
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