Todo sobre tu karma
Mentiras tras mentiras
Los políticos mienten. Mienten más que hablan. Algunos más que otros, pero mienten. Muchos de ellos, en ocasiones puntuales, y unos pocos, sin parar. Están, por un lado, las simples mentirijillas, los embustes sin consecuencia alguna, las patrañas inocentes, las trolas inofensivas, los cuentos inocuos, las bolas sin maldad, los enredos infantiles o las tretas pícaras. Pero por otro lado, las falacias engañosas, las falsedades intencionadas, las falsificaciones desvergonzadas, las ficciones peligrosas, los bulos descarados, las calumnias desmadradas, las artimañas tramposas y las estafas fraudulentas. Todo lo aquí expresado es el común denominador de algunos de la clase política. Harto extraño, pero el político que miente más es admirado por su descocada osadía y atrevimiento y detestado por su hipocresía y cinismo. Como ciudadanos, nos toca elegir entre los que lo hacen con el propósito de la enmienda, con cierta conciencia de arrepentimiento, o los que lo hacen a conciencia y sin remordimientos. En fin, lo que digo, mentira tras mentira, pero hay mentiras y mentiras.
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