La mirada zurda
¿Qué es la suerte?
El Pleno del Ayuntamiento de Almería aprobó el viernes inicialmente el presupuesto municipal para el ejercicio 2025, que alcanza la cifra histórica de los 277,6 millones de euros. Se convierte así nuestra ciudad en la primera capital andaluza en aprobar sus cuentas, en tiempo y forma, para su entrada en vigor el próximo 1 de enero.
Unas cuentas con una inversión prevista de más de 23 millones de euros para la mejora de infraestructuras, la dotación de nuevos equipamientos y dotaciones, la cohesión de barrios y distritos y que además de inversoras son solidarias, sostenibles e inclusivas, que apuestan por la mejora de los servicios públicos, la creación de empleo y las políticas sociales.
14 de cada 100 euros que se invertirán serán dedicados a actuaciones de protección y promoción social, destacando en este capítulo la apuesta que este Equipo de Gobierno seguirá haciendo por la promoción de la vivienda pública y la vivienda en alquiler (más de 400) y por la ayuda a domicilio, (incrementando la aportación en más de 7 millones de euros y dedicando a ello 20 millones de euros).
Unos presupuestos responsables que cumplen con la obligación legal que tiene cualquier administración de presentar sus cuentas, por encima de circunstancias políticas, judiciales o personales, a pesar de no conocer las aportaciones de financiación que, por derecho, nos corresponden del Estado, tarea que no ha hecho el Gobierno de España.
Aún así hemos elaborado unas cuentas serias y rigurosas que transmiten seguridad, confianza y credibilidad para continuar mejorando los servicios públicos y la calidad de vida de los almerienses.
Porque es evidente que estos presupuestos responden a una gestión responsable de los recursos públicos, como así viene demostrando, año tras año, este Ayuntamiento, con una presión fiscal por debajo de la media – y el firme propósito de ser rebajada -, y siendo una de las administraciones con menor deuda de España.
Son los mejores presupuestos que podríamos hacer, quizá por eso no han recibido el apoyo de la oposición, más acostumbrada a otro modelo de hacer política, basado en el despilfarro, el endeudamiento, la demagogia y el populismo.
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