María Jesús es muy singular

Iba a cantarle a ZP “Vuelveee, a Caracas vuelve por Navidaaaaad”, que allí empezará el 1 de octubre por decreto de Maduro, pero la diarrea discursiva de María Jesús Montero me ha atrapado. Días antes de su brillante show en el Senado, que por momentos dejó a la altura del betún al Groucho Marx de la parte contratante, dijo que “vamos a hacer compatible que Cataluña pueda tener una financiación singular como la pueden tener otras comunidades que tengan vocación de tenerla”. Es decir, que Castilla-La Mancha, en vez de protestar tanto, tendría que pedir también otro concierto con su cuponcito y su canesú. ¿Y Extremadura a qué espera? “No, es que nosotros no tenemos ‘vocación’: nuestra renta media es muy inferior a la de los catalanes y saldríamos perdiendo”. ¿Y a quién se le ocurre nacer en Cáceres o Badajoz? Mejor en Teruel, Soria o Cuenca, con ‘trato singular y fiscalidad diferenciada’, según la ‘portavoza’ socialista Esther Peña (¿de dónde habrán sacado a esta mujer?). Montero dice escuchar “lecturas interesadas por parte de los de siempre” (que ya somos todos los que no adoramos al puto amo), y que “son erróneos los marcos mentales que (los de siempre) intentan trasladar”. Ahí las dao, María Jesús, en el ‘marco mental’. Cambiemos ese marco y, como ha afirmado Juan Espadas (el de ‘¡Gracias, Begoñaaaaa!’), “Andalucía debe aspirar a las mismas cotas de autogobierno que Cataluña”. Eso, y que se inicie una carrera para pedir conciertos y el último que apague la luz.

Tributan las personas, no los territorios ni los barrios, pero según la teoría de esta muy singular vicepresidenta, a lo mejor Almería podría pedir un concierto económico aparte del andaluz y, dentro de la capital, Oliveros exigir una agencia tributaria propia. Y los de El Puche, con el ‘marco mental’ socialista de ahora, que hicieran lo mismo. ¿Que éstos tienen poquísima ‘vocación’ porque son muy pobres? Bueno, no nos precipitemos porque Jordi Turull, de ‘Junts per Puchi’, se ha apresurado a advertir que ellos jamás votarán un posible ‘café para todos’. Pero, señor Turull, ¿y si para los demás fuera un aguachirri de máquina y para ustedes un buen café, copa y puro? ¿Cómo dice? ¿Que si nos cuenta otra vez lo de Puchi en Barcelona? Con respecto a eso, ¿por qué tuvo que esconderse en tres pisos antes de escapar, si podía haber vuelto a Bélgica, tan tranquilo, desde El Prat? Igual algunos mossos afines le habrían hecho ‘el pasillo’ hasta el avión...