Aurelio Romero

María Jesús, cambio de sexo

04 de octubre 2024 - 03:08

Ccon permiso del José María García de aquellas noches radiofónicas, la vice Montero no vale ni para presidir su comunidad de vecinos. “¡Y los recibos extra durante los próximos seis meses para pintar la fachada del bloque no son una derrama, por mucho que ustedes lo llamen así!”. “¿Pero quién ha elegido a esta mujer como presidenta?”. “Nadie, le correspondía por turno”. “¡En cualquier caso no se trata de ponerle nombre, se trata de mirar qué se persigue!”. “Oiga, presidenta, y el acuerdo de financiación singular o concierto económico que ha firmado usted con el del ático, cuya vivienda tiene 80 metros más que la mía, aparte los 70 de la terraza, para que pague 50 euros menos de comunidad que yo, y que…”. “¡Eso no es un concierto! El acuerdo no dice que lo sea. Además, el propietario del ático paga mucho más de lo que recibe porque, para hacer ejercicio, sube y baja las escaleras y jamás utiliza el ascensor, ni tiene perros que ensucien el garaje y los jardines de la urbanización, no como otros, y tampoco usa la piscina ni tiene hijos que la usen, mientras algunos propietarios invitan a familiares para que se bañen…”. “¿Todo eso no lo dirá por mí?”. “Mi acuerdo con el del ático no significa ningún privilegio para él, sino que se trata de una mirada nueva a la ley de la propiedad horizon…”. “¡Oiga, señora, ese acuerdo significa que aquí hay vecinos de primera y de segunda!”. “Lo que dice el acuerdo es lo que dice el acuerdo, no lo que cada uno creamos que dice el acuerdo. Y lo que no dice el acuerdo es lo que no dice el acuerdo, y no lo que usted dice que no dice, o al revés, que ya me hago la ‘pisha’ un lío…”. “¿Qué es lo que acaba de decir?”. “No sé, a ver si ha cambiado de sexo para que le vuelva a tocar la presidencia el año que viene…”.

Pues no sería mala idea. Esta señora está ya muy quemada para ser la próxima candidata socialista a la Junta de Andalucía, pero con la actual ‘ley trans’ el cambio de sexo por lo visto es bastante sencillo, y un Jesús María nuevo, sin rastro de la anterior mujer, sustituiría como candidato a Juan Espadas, que en cualquier mitin se pone a gritar “¡Gracias, Begoñaaaaaaa!” y te arruina la campaña. ¿Quién había dicho que esta señora no tiene ningún futuro político aquí? Como mujer no, pero como hombre empezaría de cero… Igual hasta le he dado una idea a Pedro. ¿A que no se le había ocurrido a ninguno de sus tropecientos asesores?

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