Manolo el de Los Mimbrales

24 de marzo 2025 - 03:09

Acabo de enterarme por casualidad del fallecimiento de Manuel Fortes, al que llamábamos Manolo el de Los Mimbrales por el nombre de la taberna que montó, allá por 1967, en la calle de Rafaela Jiménez, una travesía del Paseo Versalles (hoy Pablo Iglesias). Era un bar especial porque fue el primero de estilo “bajoandaluz” y porque tenía vinos de Jerez a precios mucho más baratos que en el resto de bares. Entonces se bebía en Almería mucho más fino (la manzanilla no estaba de moda) que ahora y eso que lo cobraban a precios que triplicaban o cuadruplicaban los de la cerveza y los vinos que se bebían mayoritariamente en bares, bodegas e incluso locales de postín. Un chato de albondón o de manzanares costaba dos o tres pesetas y la caña de cerveza poco más; un fino, 16 pesetas. En los sitios más frecuentados por los amigos del jerez –Puga, Quinto Toro, Casa Joaquín, Bahía de Palma…- tenían varias marcas: Tío Pepe, Ducal, Quinta, Inocente, La Ina…y hasta Don Zoilo, aún más caro.

Bueno, pues Manolo puso tres barriles de dos arrobas con vinos de Sánchez Romate: fino macharnudo, oloroso y palo cortado. El fino lo cobraba a cinco pesetas y los otros a seis. Los tenía perfectos, cada pocos días le reponían el nivel de los barriles. Lo decoró siguiendo el estilo de algunas tabernas de Madrid, como La Giralda, que él frecuentaba. Porque no era un profesional de la hostelería; era un almeriense que trabajaba en una oficina de Madrid y que adoraba los vinos jerezanos y el ambiente de aquellas tabernas. Así que un día se volvió a su tierra y montó Los Mimbrales. La única pega es que seguía siendo muy aficionado y se convirtió en un buen cliente de sí mismo. Con nosotros se quedaba después de cerrar a charlar y beber. Hasta que un día le dijo el médico que o cerraba el quiosco o se iba para San José. Cerró y se fue a Canarias donde montó una lavandería, como supe años después cuando coincidimos en la Plaza de los Toros. Y ahora, como dije al inicio, me acabo de enterar de su muerte por una de esas casualidades que nos hacen recurrir a dos tópicos: “el mundo es un pañuelo” y “en Almería nos conocemos todos”. Llevé mi arcaico plato de tocadiscos al que parece ser el único técnico que los arregla, el cual me reconoció y se identificó diciendo “soy sobrino de Manuel Fortes, el de Los Mimbrales”. Descansa en paz y muchas gracias por los placeres que nos proporcionaste.

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