
La Rambla
Julio Gonzálvez
Vivienda y precariedad laboral
Paseo Abajo
Mi amigo Manuel tenía una pequeña empresa de venta a los bares, se jubiló hace unos años y alquilo los locales. Durante los primeros meses todo eran alegrías, la jubilación, más el cobro de los alquileres hacían que él y su Lola fuera una pareja que se las prometía feliz. Pero un mes no llegó el dinero del alquiler. No se preocupe usted, le dijeron, ha sido un retraso, pero no volverá a ocurrir, a final de mes se le abonarán los dos meses. Y Manuel colgó el teléfono satisfecho, había sido un susto. Los días fueron pasando, llegó el final de mes, y el ingreso no se hizo efectivo. Aquel mes había que pagar el Iva, y Manuel tributó a hacienda como si hubiera recibido el pago de los dos meses no cobrados. A partir de entonces una odisea. El dinero de los alquileres no llega a la cuenta de Manolo, pero él tiene que seguir pagando a hacienda como si recibiera ese dinero. Y así viene ocurriendo cada tres meses desde hace más de dos años.
Se ha paseado por todos los despachos de hacienda, intentando que le den una solución, algo tan sencillo como, si yo no cobro el alquiler, cómo quieren ustedes que les pague los beneficios del mismo. No entienden, ellos no entienden de tus problemas. Los tienes, son tuyos, y que te den por donde amargan los pepinos. Procura que sean de los más pequeños, dicen que amargan menos.
Tuvo que ponerse en manos de un abogado, si no cobro el alquiler, vamos a intentar por lo menos que se vayan los inquilinos, y buscar otra solución. Dos años largos esperando que diga algo la justicia. Más de dos años sin cobrar el alquiler, soportando el pago de unos beneficios a hacienda que no recibe, el pago al abogado y sin locales a su disposición. Esta es la seguridad jurídica que disfruta Manolo, y no es el único que te cuenta esta, o una historia parecida. Dicen los políticos que hacienda somos todos, una M bien grande.
Hacienda le está amargando la vida a un ciudadano que ha trabajado más de cuarenta años como autónomo, que ha pagado todos los impuestos que le ha marcado el gobierno, que solo quería jubilarse y tener en los alquileres de sus locales una ayuda, y que ha visto, como por culpa de unas leyes que no parece justas, ni razonables, está usando parte de su jubilación para pagarle a hacienda sobre unos ingresos mensuales que no está recibiendo. Luego te cuentan lo de los impuestos del hermano del presidente y la resolución de hacienda, y entiendes que este es un país solo para sinvergüenzas.
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