Reflejos
Francisco Bautista Toledo
Víspera de difuntos
Ya fue intervenido este verano de un desprendimiento de retina en el prestigioso Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, de Oviedo, y ahora Feijóo ha regresado allí para operarse de cataratas. No es el primer político, de derechas o de izquierdas, que acude a la sanidad privada ni será el último, porque las listas de espera en la pública no van con ellos, sino que son para la plebe… que carece de posibles para operarse ‘de pago’. Muchos logran quitárselo de otra cosa y contratan un seguro de salud, pero no es lo mismo, claro, que si vas a la mejor clínica con la tarjeta de crédito. En el caso de don Alberto, no importa que, según dice su compañera Ayuso, en Madrid esté la mejor sanidad pública y los hospitales más punteros. Y, sobre todo, tampoco importa que el hospital de referencia para sus señorías los diputados sea el Ramón y Cajal, cuyo Servicio de Oftalmología, precisamente, ocupa el primer puesto de todo el país en el ránking por especialidades del Monitor de Reputación Sanitaria. Por supuesto que el jefe de la oposición, al igual que otros muchos políticos, no pueden esperar ni tres días para lo de las cataratas porque han de tener una vista de lince (siempre que lean lo que deben leer), aunque esto es en teoría, porque en la práctica gran parte de los dirigentes de ahora sólo tienen agudeza visual para ver cuántos ‘me gusta’ alcanzan sus lamentables tuits, y en cuanto al otro sentido fundamental en política, el sentido común, no es que no lo hayan desarrollado lo suficiente, es que parece que han nacido sin él. Pero Feijóo ha perdido una magnífica oportunidad de apoyar con un gesto a la sanidad pública: “He acudido a este hospital”, declararía al salir del Ramón y Cajal, “pero me han aconsejado que mejor vuelva a Oviedo, pues allí tienen mi historia clínica por lo de la retina”. Lo importante, de todas formas, es que ahora igual deja de dar palos de ciego como líder de la oposición y, además, puede ya, con nitidez, ‘ver venir’ a Ayuso, aunque si va bien de oído (es joven para los audífonos), ya tendría que haberse dado cuenta, por las muchas barbaridades que esta mujer suelta, de que con ella queriendo mandar en el partido tendremos Pedro para rato, apoyado, eso sí, por todos esos grupos minoritarios a nivel estatal que lo que más desean es que España avance. Por lo general, los políticos son ajenos a las abultadas listas de espera. O sea, que las van a reducir mañana.
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