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Como ciudadanos de a pie. Como Estado. Como demócratas debemos sentirnos orgullosos de poder reconciliar nuestra historia y nuestro pasado. El pasado de nuestros antepasados. El pasado del siglo pasado, desde el conocimiento, desde la Ley 20/2022 del 19 de octubre, de Memoria Democrática, y desde nuestras propias conciencias, para poder convivir, hacia el futuro con dignidad y honra para todos. ¿Cómo es posible que electores demócratas puedan mofarse e intercambiar memes con la Desmemoria?
Sin duda, su falta de compromiso y algo de ignorancia sobre tanto dolor y sufrimiento los transportan al estado de osadía, lo que quizás se solventaría con una lectura del preámbulo de aquella ley, que tiene como fin obtener verdad, justicia, reparación y reconocimiento, y garantía de no volverla pasar, para aquellos que perdieron tanto, y para toda la sociedad de corazón sano. O quizás, si son capaces de hacerlo, que se lean la ley en su totalidad. Seguros que cambian de opinión y dejan de tanta burla.
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