Los jueces también son responsables

04 de julio 2024 - 03:09

Me viene a la mente uno delos juicios más famosos de la historia, el juicio del rey Salomón. Me gustaría presentar un contrafáctico: ¿qué hubiera pasado si la auténtica madre no hubiera declinado de sus derechos y hubiera insistido directamente en que le dieran el niño a ella? ¿Qué habría hecho Salomón: mantener su decisión inicial de dividir el cuerpo del niño y darle una mitad a cada una de las mujeres? ¿Habría sentado jurisprudencia esa decisión? ¿Sería ese el paradigma de lo justo y lo injusto? Tendríamos que decir que sí, que para eso lo ha dicho un (sabio) juez. Efectivamente, el juez se halla investido de una gran autoridad; lo hemos investido de una autoridad tal que tiene siempre la última palabra. Alguien tendría que tenerla en unas relaciones humanas que nunca están exentas de disputas. Pero eso exige una total imparcialidad, un estar libre de prejuicios y de simpatías en la medida de lo posible. Y si fuera posible, los jueces deberían ser algo así como una inteligencia artificial que, a la vista de unos datos, tomaran una decisión con la frialdad que da una inteligencia sin sentimientos. ¿Debería tenerse en cuenta un análisis previo de la personalidad de los candidatos a juez además de los conocimientos de las leyes y demás disposiciones? Tal vez lo hagan, pero con éxito dudoso: la impronta de la imparcialidad no parece estar presente en algunos de los que alcanzan el nombramiento de “juez” y “magistrado”. La mera existencia de diferentes asociaciones en el ámbito de la justicia, asociaciones que van más allá de los simples intereses profesionales, pone de relieve la gran carga ideológica que atesoran. Hay jueces “conservadores”; hay jueces “`progresistas”. Es algo que no esconden y de lo que incluso hacen gala en algunas ocasiones. Esa adscripción se hace patente en resoluciones colegiadas en las que la decisión se toma no por el análisis de los argumentos y de otras consideraciones legales, sino por posición del bloque progresista o conservador. Lo estamos viendo en estos tiempos. En el Constitucional de ahora y en el de antes; en el Tribunal Supremo de siempre. Muchos estamos empezando a estar hartos de esas noticias donde se dice, con todo el descaro, que una sentencia ha sido adoptada por jueces adscritos a uno u otro bloque. Los políticos son culpables. Pero no menos culpables son los jueces que se prestan a ese juego: si ellos se negaran, se acabarían esos problemas.

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