
La Rambla
Julio Gonzálvez
La emancipación hoy día, un lujo
Paseo Abajo
Escuchando las dos versiones dadas por nuestros representantes municipales, ella del Psoe, Lidia Compadre, el del Pp, Joaquín P. de la Blanca, notamos la gran diferencia de lo que supone una buena novelista, contando una historia con garra de cara al lector, poniendo la dosis perfecta de temor para tener pendiente de las siguientes frases a la persona que hojea las páginas de la novela. En el relato de doña Lidia no solo se nos está contando el presente de lo que está ocurriendo en los refugios, con todo el dramatismo que promete y del que ella es capaz de llenar la historia, tenemos también la explicación de lo que podría haber hecho el humo del incendio sin el esfuerzo de un trabajador que corría por las calles de la ciudad buscando una salida a los refugios por donde los visitantes pudieran escapar de la situación caótica en la que se encontraban en el interior. A oscuras, con solo las luces de su móviles, sin poder comunicarse con el exterior por falta de cobertura bajo el suelo, la odisea vivida, tal y como nos la describe doña Lidia se podría convertir en un primer premio de novela Ciudad de Almería, si el ayuntamiento no hubiera dejado de convocar el premio hace unos cuantos años.
Les gusta mucho la cultura a nuestros políticos, se les llena la boca, pero dejaron sin ayuda a un premio de novela que llevaba el nombre de la ciudad. No les debía dar votos, o no habían premiado a algunos de sus amigos o colegas de partido y tomaron las de Villadiego. Lo dicho, la señora Compadre contó una historia con todos los alicientes para hacerse viral en los refugios de la guerra de Almería, y tener visos de convertirse en un gran guion para una película. Estamos en tierra de cine, alguien se interesará por la historia.
Don Joaquín Pérez de la Blanca era el encargado de apagar el fuego dialéctico levantado por doña Lidia sobre la historia del incendio en los refugios, es su responsabilidad política. Lo siento por usted, don Joaquín, pero no estuvo a la altura dialéctica de doña Lidia, podría ser el protagonista de la película, alto, bien parecido, guapo, según mi señora, pero no parece, escuchando sus explicaciones, que pudiera convertirse en el guionista de la historia. Según usted, la señora Compadre exageró la historia, no estaba presente, y no es fácil saber, cuando se trata de políticos, dónde está la verdad, o la media, o simplemente la mentira, pero una cuestión me quedó muy clara, doña Lidia se podría ganar la vida contando historias, novelando la vida y milagros de lo que ocurre en el interior del ayuntamiento. Ánimo.
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