Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Dónde están mis cuatro euros?
Hacia 1980 escribió S.J.Gould un libro titulado La falsa medida del hombre. Me interesa sobre todo resaltar la importancia que da a medir falsamente algunas cosas que pueden repercutir directa o indirectamente en aspectos importantes de la vida. Algo así me sucedió hace algunos años. Tenía mucho interés en tener un aguacate y un mango en el cortijo. Busqué el lugar que decían más apropiado para ellos; los planté, les eché su abono y los regué dedicándoles muchos cuidados; pero fracasé. Me había centrado en su cultivo y eso tuvo una consecuencia negativa: descuidé los olivos y me fue mal a medio plazo. Aprendí entonces que a cada cosa hay que prestarle la atención que necesita, que se debe ser equilibrado y, modificando aquel dicho que pasa por ser buen consejo, “a cada cultivo bástele su afán”. O si quieren, “lo primero es antes”. Dudo mucho que haya calado esa forma de ver las cosas en nuestra cultura, y dudo aún más de que nuestros políticos, partidos o individuos, tengan aprendida la lección. Y en el caso de estos últimos no se trata ya de encapricharse con un mango o un aguacate. Poner en orden primero “lo primero” y en segundo término lo accesorio o secundario (aunque dándole la importancia debida) tendría que ser básico en el vademécum de los políticos. Como he dicho antes: lo primero delante; expresado también como “no poner el carro delante de los caballos”. Y cuando escucho referencias de lo que sucede en el Congreso, pongamos por caso, me parece que “lo primero” es “lo último”, que el carro está puesto por delante y que incluso se olvidan de los caballos. Las preguntas que se plantean en las sesiones de control al gobierno puede que tengan un enunciado razonable pero pronto se desvían del asunto principal y empiezan algo más que las digresiones orillando la pregunta destinada resolver algún grave problema. Y dígase lo mismo de las respuestas: El problema queda al margen y vuelven los cerros de Úbeda. Por ejemplo: es más que penoso que el “caso Errejón” se haya convertido en el eje de tanta actividad política y periodística. La verdad es que yo estoy muy harto del tratamiento que se está dando al asunto intentando extraer toda el agua posible para SU molino. Y mientras tanto, aumenta la desigualdad, las comunicaciones están penosas, la sanidad a reventar, la educación desatendida, y así sucesivamente. Pero bueno: esto no es para tanto (¿??).
También te puede interesar
Lo último