La ilusión fiscal es maravillosa

06 de junio 2024 - 00:00

Vamos a suponer que estamos en un país en el que cada día hay menos empresas, en el que el paro no desaparece, en el que los precios no paran de subir, en el que las familias que llegan a final de mes con un euro en “la cajilla de las monedas” que teníamos los estudiantes en el piso para bajar a comprar el pan, son minoría minoritaria hasta llegar a lo infinitesimal, pero en el que se da la circunstancia de que los sueldos aumentan. Basándose en ese aumento de los sueldos, cualquier político podría decir que “la clase obrera” vive mejor porque los sueldos no paran de subir. Pero eso es, como decía un amigo mío, “una falsa falacia”. La economía no va mejor porque los sueldos sean más altos. La economía no va mejor porque se mueva más dinero. La economía va mejor cuando la sociedad acaba el mes con saldo disponible en la cuenta corriente, no cuando tiene que pedir dinero prestado para acabar el mes. Si las familias tienen que hacer milagros para llegar a fin de mes, a pesar de las subidas de sueldos, eso tiene nombre: “ilusión fiscal”. El problema para el político es que eso, en una sociedad que piense, se descubre muy pronto.

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