Antonio Ríos Luna

Cuando el hueso no pega

El pie es la parte del aparato osteoarticular que recibe y distribuye el peso

29 de marzo 2015 - 01:00

DEFINITIVAMENTE no es el año de Kevin Durant. A pesar de números de escalofrío durante las últimas temporadas, el cuerpo le está pasando factura. Ya fue una sorpresa el hecho de que no acudiera al Mundobasket de España debido al cansancio acumulado. Entrada la temporada ha sido uno de sus pies el que no le deja rendir a su máximo nivel. Debido a una fractura en el quinto dedo, precisó a colocación de un tornillo para fijar la fractura que sufrió. Sin embargo, la evolución de la misma no ha sido satisfactoria y debe pasar por el quirófano de nuevo. El hueso no ha soldado de forma correcta.

Anatomía del pie

El pie es la parte del aparato osteoarticular que recibe y distribuye el peso del cuerpo al caminar o al permanecer de pie. Está formado por 26 huesos diferentes y 30 articulaciones que se articulan entre sí y se encuentran protegidos por ligamentos y cápsulas articulares así como por los músculos que se insertan en ellos. Desde el punto de visto anatómico, el pie se divide en tres partes:

-Tarso: formado por el hueso calcáneo (hueso del talón), astrágalo ( es el hueso que articula con el tobillo), escafoides ( muy importante porque se inserta un músculo fundamental para el soporte del arco del pie, tibial posterior), cuboides (se lesiona con frecuencia en corredores debido a la sobrecarga continuada) y las tres cuñas que son los huesos intermedios entre la parte posterior del pie y la anterior).

-Metatarsianos: son los huesos alargados que se encuentra en el antepié y conectan el tarso con las falanges. En la mano se llaman metacarpianos. Hay 5.

-Falanges: Son los huesos que forman los dedos de los pies y de las manos. Todos los dedos tienen 3 excepto el primero que tiene 2.

La fractura de los metatarsianos es una lesión relativamente frecuente que causa, a veces, incapacidad prolongada y que incluso puede llegar a producir secuelas importantes cuando no se aplica el tratamiento adecuado en el momento correcto. El mecanismo de producción puede ser directo, caída de un objeto pesado en el pie, que con frecuencia provoca la fractura de varios metatarsianos a la vez, o por mecanismo indirecto, cuando el cuerpo gira estando el antepié fijo y se produce y se produce una torsión sobre algunos de los metatarsianos, sobre todo el quinto, produciéndose una fractura. Son las más frecuentes, sobre todo las que afectan al quinto metatarsiano, ya que en él se inserta un músculo llamado peroneo lateral corto. Cuando se produce una torcedura del pie hacia adentro, se puede producir un esguince de tobillo, pero si la energía del mecanismo de producción es muy importante, se puede producir una contracción brusca de este tendón, produciendo un "arrancamiento" de la "cola" de dicho metatarsiano.

El proceso por el que una fractura "pega" y se repara se llama consolidación. Supone un proceso de gran complejidad que conduce a la formación de lo que los médicos llamamos callo de fractura.

Formación del callo

Todo callo óseo tiene unas etapas o fases bien diferenciadas, una vez se ha producido la fractura:

1.-Hematoma local: Una vez que se produce el traumatismo, se forma un hematoma en el foco de fractura debido a al hemorragia producida en los extremos óseos y las músculos que rodean los fragmentos fracturados, dando lugar a un coágulo. Tanto el hueso como el músculo poseen una vascularización muy rica, de ahí que se forme ese hematoma.

2.-Reacción inflamatoria local: se desarrolla a las pocas horas de sufrir la fractura. Se produce un aumento de la vascularización alrededor del foco con exudado de plaquetas que son las células encargadas de frenar la hemorragia y leucocitos como células mediadoras de la inflamación. Éstas dos se encargarán de activar y reclutar a un tercer tipo de células llamadas macrófagos, que son las encargadas de eliminar todas las células muertas como consecuencia del traumatismo, fagocitándolas.

3.-Diferenciación celular: Se sabe que una movilidad moderada del foco en las primeras semanas, estimula el periostio que es la capa que envuelve al hueso y favorece su consolidación. Los movimientos en el foco de fractura, perjudican la curación de la fractura. Es por eso por lo que de procede a colocar una escayola para inmovilizar el hueso lesionado. De otra manera, es difícil que éste suelde.

4.-Callo blando o primario: durante este período, los tejidos que unen los fragmentos rotos, no se han mineralizado, o sólo lo han hecho en parte, esto quiere decir, que no hay aporte de calcio en la zona. No existe una unión mecánica sólida. Si en esta fase, el paciente se hace la radiografía de control, no se aprecia callo óseo aún. Esto no quiere decir que la fractura no evolucione favorablemente, sino que es pronto para que esto suceda. La inmovilización del foco es fundamental en esta etapa y este papel lo desarrolla el periostio. Si no se produce esta estabilidad del foco, se desencadena una pseudoartrosis. Así se llama al fenómeno por el que el hueso no va a consolidar, es decir, aunque el paciente lleve un año con una escayola, el hueso no va a soldar jamás.

5.-Callo duro: es la fase en la que aparece un puente óseo que restablece la unidad de los fragmentos. El hueso inmaduro se trasforma, después de varias semanas, en hueso duro; dicho hueso es laminar que asegura la unión y solidez. Esta transformación comienza durante la 4ª semana y al cabo de 16 semanas, el hueso inmaduro ha desparecido.

El hueso fracturado no ha consolidado y ahora hay que empezar de nuevo. Se debe refrescar el foco de fractura, los bordes del hueso, colocar injerto óseo, bien del paciente o bien artificial y volver a sintetizar con tornillo o placa para dar estabilidad al foco y lograr la consolidación.

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