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La provincia de Almería tiene la fortuna de haber conservado en un estado bastante aceptable, los doscientos kilómetros de litoral que bordean el espacio más oriental y soleado de Andalucía. Semejante situación de privilegio, sin duda obedece más al poco interés que mostraron por nuestras playas, aquellos empresarios que arrasaron la costa mediterránea, que a la intención de velar por la pureza de unos parajes perdidos en una esquina del mapa de España. Hasta el día de hoy, el entorno del Cabo de Gata ha logrado escapar ileso de la invasión de hormigón que, durante las últimas décadas, se ha extendido como una muralla apelmazada a lo largo de la costa peninsular. La declaración como Parque Natural de treinta y ocho mil hectáreas de terreno diáfano, repartidas entre los términos municipales de Almería, Níjar y Carboneras, fue una medida eficaz, y adoptada a tiempo, para proteger uno de los pocos territorios costeros que se salvaron de la especulación incontrolada. Pero en los últimos años, y precisamente por sus circunstancias favorables, sobre el paisaje del Parque, revolotean como buitres múltiples intereses lucrativos, dispuestos a aprovecharse de las condiciones paradisíacas de un enclave que hoy se puede considerar único gracias, precisamente, a las medidas impuestas por la Administración, con la catalogación de Parque Natural por parte de la Junta de Andalucía cuando gobernaba el PSOE, y su posterior declaración de reserva de la Biosfera por la Asamblea de la Unesco en París en Octubre de 1.997. Cada cierto tiempo aparece alguien con intención de hincarle el diente al codiciado lugar, y la última noticia al respecto, es la construcción de un hotel de cuatro estrellas con treinta habitaciones, piscina, y un aparcamiento de 3000 metros cuadrados en el “Cortijo las Chiqueras”, junto a la bahía de los Genoveses, uno de los parajes más emblemáticos del parque natural de Cabo de Gata. El Proyecto cuenta con el visto bueno de la Junta de Andalucía. La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, bajo el mando del almeriense Ramón Fernández Pacheco, ha otorgado la Autorización. Y el Ayuntamiento de Níjar, gobernado por el Partido Popular, ha dado licencia para su construcción. No es extraño que haya empresas interesadas en construir en el Parque Natural con ánimo de lucro, pero no es bueno que los políticos abran las puertas a un proyecto que puede ser un mal precedente. Por algo se empieza.
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