Pues yo lo veo así
Esteban Requena Manzano
Tergiversaciones agrevivas
El mes que lleva el nombre de Julio César comenzó con la triste noticia del fallecimiento del gran escritor albanés Ismail Kadaré. El adiós tuvo lugar en Tirana, donde lo han despedido con emoción y solemnidad. Nació en el distrito de Gjirokastër, al sur de Albania, en su capital Gjirokastra, el 28 de enero de 1936. En su novela Crónica de la ciudad de piedra (1971) la describe con estas palabras: “Escamas de piedra forman la piel de este dragón durmiente que reposa inerte mirando a las montañas”. La ciudad también es conocida por ser uno de los principales centros de la comunidad griega en el país. La cultura clásica grecolatina y su vital trascendencia apasionaban a Kadaré. Muestra de ello es su ensayo La cólera de Aquiles, publicado en noviembre de 2010. “Entre las guerras de los hombres, nos atrapa la de Troya, que se da muerte a sí misma…Lo queramos o no, nuestra humanidad, todos nosotros, formamos parte del sistema de la guerra. Es esta la mayor maldición, la vergüenza absoluta de nuestro planeta. Hace siglos que hemos caído en ese foso, en ese mal sueño, y no somos capaces de salir de él”. Albania está situada en el sureste de la península Balcánica y tiene una gran riqueza histórica y cultural. Un pequeño país con costas en los mares Adriático y Jónico. Los Alpes albaneses atraviesan gran parte del su geografía, desde el norte hacia el sur. Hay varios picos que alcanzan los 2.000 mil metros de altitud, entre ellos el Monte Korab, la cumbre más alta de Albania y de los Balcanes. Estas montañas tienen una singular belleza natural, ríos de agua cristalina y espesos bosques. Los caprichos del destino quisieron que el dictador estalinista Enver Hoxha naciera en la misma ciudad que Kadaré. Hoxha tras la muerte de Iósif Stalin el 5 de marzo de 1953 rompió relaciones con Nikita Kruschev y Josip Broz Tito. Encerró el país en su hermética y aislacionista dictadura comunista, hasta su muerte el 11 de abril de 1985. Ismail Kadaré fue uno de los principales opositores a su tiranía. Entre 1976 y 1981 en Tirana publicó El Palacio de los sueños. Obra extraordinaria no solo por si misma, también por la situación en la que fue escrita, publicada y los hechos que desencadenó. Su trascendencia es universal por ser una alegoría brillante del poder totalitario. Toda su obra nos recuerda y recordará que el totalitarismo es la muerte de la humanidad.
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