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Ignacio Martínez
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Entre los desafíos más urgentes del siglo XXI está la lucha contra el cambio climático. La innovación para reducir la dependencia de combustibles fósiles y el impacto de los gases de efecto invernadero es una prioridad. En España, el sector transporte aporta un 30.7% de estas emisiones. El futuro sostenible puede alcanzarse mediante la integración de química verde, hidrógeno y tecnologías limpias.
Aunque estamos en plena transición hacia energías renovables, la producción de electricidad a partir de estas fuentes no siempre coincide con la demanda. A veces, se genera más energía de la necesaria, lo que provoca un desperdicio; en otras ocasiones, la producción es insuficiente.
Por ello, se buscan alternativas de almacenamiento energético que sean eficientes y escalables, capaces de manejar la intermitencia y variabilidad. Las baterías de litio son las más utilizadas, pero su capacidad limitada no las hace ideales para el almacenamiento a largo plazo.
En este contexto, el hidrógeno ha pasado de ser un actor secundario a uno crucial gracias a su alta capacidad de generación y transporte de energía. Se clasifica por colores según su método de su producción, siendo el hidrógeno verde el candidato ideal. ¿Por qué no apostar por una fuente de energía que solo genera agua como subproducto? A través de la electrolisis, que usa electricidad (preferentemente de energías renovables), se obtiene hidrógeno sin emisiones netas de carbono. Además, su uso mejoraría la calidad del aire, con claros beneficios sobre la salud pública.
El desarrollo de tecnologías basadas en celdas de combustible de hidrógeno es clave para transformar sectores como el transporte de mercancías pesadas y de largo recorrido. Su implementación podría superar las limitaciones de autonomía de los vehículos eléctricos y reducir los tiempos de recarga. Marcas como Toyota, Hyundai y Honda ya exploran estas tecnologías, con camiones de hidrógeno que alcanzan autonomías comparables a los camiones diésel.
A pesar de estos avances, aún queda mucho por hacer para lograr la autonomía en vehículos de pasajeros. Los altos costes de producción y la limitada infraestructura son desafíos que podrían superarse mediante inversión en investigación, estrategias gubernamentales y colaboración internacional. ¿Llegarán las hidrogeneras a sustituir las gasolineras?
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