¿De qué se ríen?
Hay que parar el AVE
Por si acaso los lorquinos no consiguen retrasar más la llegada del AVE a Almería, tenemos una alternativa autóctona: los pretendidos refugios de la RENFE.
Estaban los arqueólogos a punto de ir a evaluar la trascendencia de los restos de unos refugios junto a la estación de ferrocarril, pero parece que no ha colado.
Por cierto, algún reportero ilustrado ha dicho, como nosotros un poco más arriba, que eran refugios de la RENFE, pero eso es imposible metafísicamente porque la susodicha Red Nacional de Ferrocarriles Españoles se fundó en 1941, por lo que los tales refugios no pudo construirlos en la guerra civil, que acabó en 1939.
Pero, bueno, al margen de estos detalles eruditos, el caso es que más de uno se estaba frotando las manos previendo un parón de meses en las obras de nuestro “secular” AVE (secular porque se empezó a hablar de él en el siglo pasado).
Por ejemplo, nuestro representante en Cortes, también secular, Rafael Hernando, cuando Rajoy mandaba en Madrid y tapió los túneles ya construidos, lo justificó diciendo que era “una obra faraónica en medio de la nada”.
Ahora, con lo complicada que está la vida política, nadie se atreve a alegrarse públicamente de que el AVE se retrase.
Sin embargo, en los medios ha habido abundante ruido sobre un posible conflicto, similar a los parones en las autovías por los gatos o las tortugas, o los árboles de la Plaza Vieja, o los nidos de vencejos que había en la estación de autobuses
Parece que el clásico optimismo almeriense nos lleva a desconfiar de que las obras lleguen a su término: en su día se dijo que las autovías eran una entelequia o que el PITA era un chiringuito para cuatro empresillas.
La verdad es que las obras del Ayuntamiento/Plaza Vieja llevan ya más de dos décadas y las del AVE algún año más (lo prometió Rodrigo Rato para 2005).
Y el problema gordo que vamos a tener es que, cuando por fin tengamos AVE y, como consecuencia directa, bajen los precios de los vuelos, a ver de qué nos vamos a quejar.
De qué vamos a tratar los columnistas, los dibujos de Moreno, las editoriales sesudas y las notas de prensa de los partidos que estén en la oposición correspondiente. Siempre nos quedará el Almería, que no va a bajar nunca de primera, las obras de campo de fútbol y la construcción de la Ciudad Deportiva.
Aquí hay tajo, compañeros, que no cunda el pánico.
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