
Antonio Lao
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Trile es el fraudulento juego de apuestas que consiste en adivinar en qué lugar de tres posibles se encuentra una carta, una pieza o una bolita, que se muestra primero y se manipula después. Trilero o cubiletero es quien dirige el juego. Vivimos tiempos de decadencia ética, moral y cultural. La humanidad está sumida en una crisis de civilización como no se experimentaba desde la II Guerra Mundial. Por lo visto no aprendimos nada del siglo XX. No aprendemos nada de la historia. Prueba de ello son el socialismo del siglo XXI, comunismo con el alias de progresismo, el multiculturalismo y la ideología woke. La humanidad ha sido capaz de combatir su barbarie cuando no se censura el debate entre culturas. Palabras y discursos. Propaganda no es lo mismo que información. El analfabetismo funcional impone humanitarismo y persigue al humanismo. El buenismo no es bondad. Es mansedumbre ante la injustica y la barbarie. La historia nos enseña que todas las culturas no son iguales ética, moral y jurídicamente. Sometimiento y libre albedrío son valores que dan una visión del mundo y del ordenamiento político y social, que nada tienen que ver entre sí. No deja de ser paradójico, irónico y aterrador que esa falta de interés y prudencia de la humanidad sobre sí misma suceda en el repulidamente tecnológico siglo XXI. Cuando los recursos digitales nos permiten tener acceso al conocimiento y la comunicación, como nunca se había experimentado. Como consecuencia los intereses del poder se juegan en una peligrosa partida de ajedrez mundial ¿Con qué jugadores cuenta España para esta decisiva partida? Con un conjunto de trileros que gobiernan contra España y los españoles. Una oposición que les lleva los cubiletes, cuando no los están moviendo a la par. No sólo es el trile. También se dedican al timo de la estampita. El ajedrez les queda muy grande. Pero ¿dónde está la justa y contundente respuesta cívica de la sociedad española? Es desesperante la modorra de nuestra sociedad. Por ejemplo ¿cómo no estamos atentos a lo que están haciendo con el Tribunal Constitucional? Conde Corrompido a la orden del derecho de pernada. Para ser tan progresistas hay que ver lo amantes que son del medievo feudal. Recuperemos la fe en nosotros mismos. Dice un soneto del Miércoles de Ceniza “El amor es invisible como la cara del viento, que no se ve ni se toca, pero te requema por dentro”.
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