La Rambla
Julio Gonzálvez
Un deber de los humanos
Reflejos
El idioma español, o castellano, posee multitud de vocablos propios de cada lugar donde se habla, y una unidad léxica bien estructurada, que crea un espacio común de comunicación y expresión literaria. Pero en las diferentes regiones en el que se habla, existe una fractura entre su expresión oral y la escrita. Mientras en su forma gráfica muestra una corrección gramatical común, no es la mismo en el lenguaje coloquial, el cual posee múltiples registros, encontrándonos con expresiones cultas, otras populares, bastantes con términos lingüísticos adoptados de otros idiomas, y en algunos casos triturados por la dicción de palabras cortadas, cambiadas las letras, e incorporación de sonidos guturales comprensibles en el contexto de la conversación.
Digo idioma español porque la lengua hablada por los hispanos, de la Península, islas y América, es producto de un desarrollo contributivo de todos sus hablantes. Vascos, gallegos, castellanos, valencianos, canarios, andaluces… han desarrollado conjuntamente el idioma actual que usamos, enriqueciéndolo, adaptándolo a los nuevos tiempos, pero siempre con una unidad gramatical compartida entre todos. Otro caso es su sonoridad. Se puede hablar el español con diferentes tonos y musicalidades. El vasco es cortante, el castellano seco y austero, meloso el gallego, chispeante el catalán, melodioso el valenciano y mallorquín, musical y sonoro el andaluz, sensitivo el canario, brillante y afectivo el hispanoamericano. Todos son uno en su expresión correcta gramatical, pero singulares en su pronunciación. Es como si una partitura musical fuera interpretada por diferentes instrumentos, o versionada en estilos distintos, pero respetando su estructura siempre será la misma, el contenido igual, la emoción, sin embargo, nueva. Es la musicalidad del vocablo quien induce fantasía, sensibilidad, brillos y destellos en la palabra hablada. Influye el paisaje, clima y forma de relación social, en la expresión tonal de la palabra.
En Andalucía existen multitud de modismos hablados del español. No es lo mismo el hablado en Almería, e incluso en sus comarcas, que el de la Vega granadina, el del norte de Jaén, el de la Campiña cordobesa o los de Andalucía occidental. Todos poseen una unidad gramatical, pero su tonalidad es diferente, unida en la musicalidad del sur peninsular. Otra cosa es el modismo léxico del uso particular, apartado de la gramática académica, en la palabra hablada. Un andaluz correcto, y musical, era el hablado por Caballero Bonald, Alberti, García Lorca, Aleixandre o Julio Alfredo Egea. Es el español con un tono singular
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