A Vuelapluma
Ignacio Flores
Los míticos 451º F
En el atardecer del seis de noviembre en la Fundación de Unicaja asistí a la presentación del libro “El mejor libro del mundo” del escritor y poeta Manuel Vilas, que fuera Premio Nadal en 2023 y finalista del Premio Planeta en 2019, quien estuvo acompañado en una conversación fluida y deleitable por el presidente de la Asociación de la Prensa de Almería, José Manuel Bretones, con motivo de la celebración que se está llevando por la Fundación Unicaja como centro cultural con el lema “diez años de ilusión”.
El escritor es un animal solitario con dos caras. Una, la social, es la de los colegas de la escena literaria, el dejarse ver aquí y allá, hacer presentaciones y viajes y celebrar las ventas con las que el público haya tenido a bien obsequiarlo. En paralelo hay otra faceta, la privada, en la que el escritor duda. Duda y duda. ¿Sabré hacer otra novela? ¿Se olvidarán de mí? En El mejor libro del mundo (Destino), Manuel Vilas pone en boca de su protagonista —con ternura y compasión— las inseguridades que todo artista ha tenido alguna vez.
La novela, de clara inspiración autobiográfica, narra la historia de un escritor que se levanta todas las mañanas, desayuna y se va a trabajar a su despacho con la esperanza más elevada e ingenua posible: dar luz al mejor libro del mundo. Siempre desde el humor, Vilas reflexiona sobre el oficio; qué hace autor a un autor, y todas sus fragilidades: el ego, el síndrome del impostor, la constante y tragicómica comparación con el éxito de los otros novelistas, la incertidumbre, las decepciones. El mejor libro del mundo es una mirada honesta, ingeniosa y humorística sobre cómo los escritores luchan día tras día por ser apreciados, sentirse queridos y pasar a la posteridad. Una pretensión tan cándida como legítima. Y, en cualquier caso, cuenta Vilas que en el anonimato no se vivía tan mal: «La discreción y la invisibilidad son dos lugares donde he residido cincuenta años; dos excelentes y enormes habitaciones soleadas en donde vivir, respirar y estar en paz con todo.»
Pregonero de la Feria del Libro en Almería en el año 2021, nos cuenta que el envejecimiento rodea a esta obra “sin filtros”, dado que Vilas la ha escrito “antes de que me vaya a morir y no pueda contarlo”. Un deseo que salió de un encuentro con Juanjo Millás para comer. “Hablamos de un amigo común que había muerto con sesenta y pico años y Juanjo con su voz grave me dijo: Manuel, de los sesenta a los setenta, la gente cae como moscas”, ha narrado.
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