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Los sones del “Gaudeamus igitu” (alegrémonos) constituye la seña más distintiva de los comienzos de cada curso académico en la Universidad española y por ende en nuestra Universidad de Almería (UAL). Este himno en latín, jocoso y casi tabernario en su letra, pese a la solemne musicalidad que le acompaña, escenifica como pocos el desenfado propio de los estudiantes. El alegre himno estudiantil nos recuerda los remotísimos orígenes medievales de la institución universitaria: “Viva la Universidad, vivan los profesores. Vivan todos y cada uno de sus miembros, resplandezcan siempre. ¡Viva nuestra sociedad! ¡Vivan los que estudian! Que crezca la única verdad, que florezca la fraternidad y la prosperidad de la patria. Muera la tristeza, mueran los que odian. Muérale diablo, cualquier otro monstruo y quienes se burlan”.
Con todo, Brahms hizo una maravillosa versión sinfónica en su “Obertura para una fiesta académica”, que no puedo dejar si no, si me lo permite, amigo lector, de recomendarles muy vivamente, por su brillantez y hermosura.
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