Gatopardismo ambiental

El Pingurucho

07 de enero 2025 - 03:08

El nuevo año nos ha regalado la definición de un área de la ciudad como Zona de Bajas Emisiones, una medida que debía incluir el Ayuntamiento en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, tal y como establece la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Era necesario y así se ha hecho.

Sorprende que, de entre todas las zonas saturadas de la ciudad, el PP haya escogido el Casco Histórico, pasando por alto la gran concentración de vehículos que soportan los vecinos de calles y avenidas como Ronda, La Rambla o el Parque Nicolás Salmerón. Y sorprende aún más escuchar a la concejala de Tráfico asegurar que todo va a seguir como siempre porque ni siquiera se va a limitar la circulación en la zona. Menos mal, pues lo que les faltaba a los vecinos del Casco Histórico era precisamente que les bloquearan los accesos al barrio.

La realidad es que, mientras otras ciudades de nuestro entorno llevan años aplicando sistemas de movilidad sostenible en aquellas zonas verdaderamente saturadas, aquí la alcaldesa se haya limitado a poner un parche y salir del paso sin hacer nada.

Para empezar, el PP tendría que haberse tomado en serio la búsqueda de soluciones a los problemas de los almerienses para moverse por su ciudad. Los socialistas llevamos años reclamando que se convierta el autobús en un transporte eficaz, con mejores horarios, nuevos recorridos, más frecuencias y refuerzo de la flota; aparcamientos disuasorios; un servicio público de alquiler de bicicletas y patinetes; campañas de fomento de la movilidad peatonal y del coche compartido; aparca-bicis y carriles-bici más eficientes, caminos escolares seguros, recorridos saludables y un sinfín de medidas que el PP nunca hará porque sus mandatarios no creen en ellas. Como ya dijo Lampedusa en su inmortal obra El gatopardo, “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Y esto es justo lo que ha hecho la derecha: convencernos de que avanzamos hacia la modernidad, cuando en realidad estamos más lastrados al pasado que nunca. Y esta Zona de Bajas Emisiones es otra oportunidad perdida para aplicar políticas ambiciosas y valientes que verdaderamente pongan nuestra ciudad al nivel de otras de nuestro entorno, que sí han sabido aprovechar la Ley para impulsar su desarrollo y contribuir a frenar la crisis climática sin precedentes que ya estamos viviendo.

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