El futuro del pasado

13 de febrero 2025 - 03:08

Jamás hay que rendirse al mal. Empezando por la planificada, sectaria, ideológica y partidista manipulación de la historia. Robarnos la historia, el derecho y el libre albedrio es robarnos nuestra civilización. No es casual que vaya de la mano del furibundo ataque a la separación de poderes y la libertad de cátedra. Es decir terminar con la democracia liberal forjada por la cultura occidental. Este es el presente que vivimos en España y Europa. Algo generalizado en Occidente. Por eso las propagandas gubernamentales entregadas al wokismo se articulan entre frasecillas como “ganar el relato”, “sostenible” y “negacionista”. El progresismo es el comunismo del siglo XXI disfrazado de democracia. No es otra cosa que miseria, terror y tiranía ¿No hemos aprendido nada del siglo XX? Si no te rindes a esas consignas eres ultraderechista y/o fascista. No eres “políticamente correcto”. Todos estos maniqueísmos son evidencias de hasta que punto hemos permitido que el conocimiento sea algo inútil. ¿Cuál es el nivel real de cultura política de los españoles? ¿de los ciudadanos de la Unión Europea? Si nos dejamos embaucar y manipular tan fácilmente por la raída confrontación derecha-izquierda no llegamos ni al analfabetismo funcional. Por eso es tan necesario defender la educación y la cultura. Llamémosle si quieren “Batalla Cultural”. Lo importante es que defendamos los principios y valores de nuestra cultura occidental. Empezando por Aristóteles y su definición de la política: aprender y saber diferenciar el bien del mal. Hemos permitido, sobre todo desde 1989 que los partidos políticos tengan un poder irracional. La situación decadente de Europa lo demuestra. Oriana Fallaci escribió “Un partido no necesita individuos con personalidad, creatividad, imaginación ni dignidad: necesita burócratas, funcionarios y siervos”. Véase el desastre en el que se ha estancado la Unión Europea. Momificada y servil al comunismo chino, ruso y caribeño que no hace otra cosa que destruir todo lo digno que alguna vez haya sido capaz de crear y construir la especie humana en los cinco continentes. Oriana Fallaci vio con claridad los peligros que acechan a Europa. Nos alertó con argumentos solventes, compromiso y valor. Por eso sus libros no han perdido ni un ápice de vigencia. Para ella era vital el conocimiento de la historia “No puedes sobrevivir si no conoces el pasado”.

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