Fuego y vida en San Juan

Paseo Abajo

24 de junio 2024 - 05:01

En los años sesenta los almerienses iban en la noche de San Juan a la playa a lavarse los ojos. Era la leyenda de las legañas, que junto a los mocos y al esparto no habían sido aún olvidades por estas latitudes. No se había inventado la verbena para ese día, es posible que la sociedad no estuviera preparada para las mismas, los jóvenes recogían leña para las hogueras de enero, durante las fiestas de San Antón, las de la playa todavía no estaban de moda, tampoco las moragas de sardinas se recogían en el calendario de esa noche, ni las del amor libre sobre las arenas de nuestras playas.

El tiempo todo lo ha ido cambiando. Costó trabajo que el ayuntamiento hiciera fiesta local el 24 de junio, pero se consiguió. Lo que en un principio fue una fiesta de la capital, el solsticio de verano, hoy se celebra en todos y cada uno de los pueblos de Almería de la costa y del interior, donde sus playas o piscinas vivieron anoche la gran fiesta de San Juan. Música, sardinas, cerveza, algarabía. En definitiva: Felicidad.

Dependiendo la hora en la que esté leyendo estas líneas, una importante parte de los más de setecientos mil almerienses estarán descansado, sesteando tras una noche de jolgorio, de alegría, de agua y de fuego. Y algunos incluso de amor bajo la luz de la luna, con las estrellas como manto ante los cuerpos que se sienten y se aman, felices de haberse conocido, mientras los rescoldos de las hogueras llenan de calor el relente de la madrugada.

La noche más corta del año ha dicho adiós. Dejamos señales en playas y piscinas de lo que han sido unas horas de asueto. Algunos dirían de locura, cuando desde lejos se ven arder las miles de hogueras que jalonan la costa de Almería. Más de doscientos kilómetros tomados por miles de ciudadanos de todas las edades, en las que la vida nos demuestra una noche más, la necesidad de estar y de vivir en comunidad.

Fue en la década de los ochenta cuando se inició la reivindicación de la fiesta de San Juan, nunca se pensó, que aquella verbena musical montada por Antena-3, tras lo que era el edificio de Trino, que años después la música, el fuego y la convivencia podrían llegar a todos y cada uno de los rincones de nuestra provincia. Pero así ha sido. Una noche inolvidable la vivida, y a prepararse para la del año que viene.

Solo un recuerdo para esos hombres que esta mañana, con el sol asomando por el levante, limpiaban las playas de la eclosión de la noche de San Juan.

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